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No tuvo más remedió que ir al departamento de la taiwanesa

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No tuvo más remedió que ir al departamento de la taiwanesa. Se tomó un momento sola e intentando calmar sus emociones, el caminó al departamento parecía un túnel sin salida en donde el tiempo iba cada vez más lento hasta desvanecerse por completo. Le pidió un taxi para que fuera, era lo único por lo que aceptó ir de una u otra manera tendría que volver a casa caminando dado que no tenía ni un solo centavo, lo poco que le quedaba fue lo que utilizo para comprarle los bocadillos a la menor. 

Llegó a tiempo, casi rozando los 15 minutos, el taxi no tardo en ir a recogerla y el caminó no tuvo tanto tráfico como se lo imaginó. El guardia de la entrada la saludo y le dio acceso de inmediato, la conocían. Nada más toco la puerta una sola vez y Tzuyu corrió para abrirle, sus miradas se encontraron un instante y le sonrió, esos ojos que la miraban la veían con deseo y una profundidad inigualable. Le dio un pequeño beso en los labios, el cuál Sana lo terminó cortando, no quería besarla ni en la mejilla ni mucho menos en los labios. 

—¿Que te paso en la mano? ¿Te peleaste con la niñita? Es muy obvio...—Se bufó Tzuyu y dejo pasar a Sana—Era de esperarse, tarde o temprano la realidad les daría un fuerte golpe.

Sana entró, se sentó en el sofá de siempre y se dejo caer en el. Cerró los ojos unos segundos y los abrió de nuevo mirando al techo de aquel moderno departamento. 

—No entiendo el porque se enojo solamente porque no le quise dar un estúpido beso en público—Gritó enojada la japonesa—Le explique la razón, ella misma vio el comportamiento de los demás con ese rumor estúpido que andan diciendo en la escuela, y aún así quiere que nos demos afecto enfrente de todos, en donde alguien podría vernos. 

—Es una reacción normal, incluso yo me hubiera enfadado contigo—Tzuyu comenzó hablar mientras caminaba para sentarse alado de Sana—No conozco mucho sobre Dahyun, es una persona que es ignorante de su al rededor, a diferencia de ti que siempre estas pendiente de el—Sostuvo la mano de Sana y jugaba con sus dedos—¿Y solo por esa razón no quisiste besarla?—Se inclino hacía la japonesa e hizo que la mirara directamente a los ojos y no dudo en usar sus encantos para conseguir que se sonrojara con tan pequeño gesto—Te conozco, lo único que quieres es que la gente no te crea una extraña. Si me equivoco, házmelo saber—Terminó de hablar con su voz seductora. 

La japonesa se quedo paralizada perdiéndose en la mirada penetrante de Tzuyu. Tragó saliva, no podía moverse, era como si hubiera perdido toda la movilidad del cuerpo.

—Fuiste tú la que esparció ese rumor ¿Me equivoco?—Sana se alejó un poco de Tzuyu—Dahyun no quiso decírmelo, pero algo me dijo que fuiste tú. 

Tzuyu rió.

—En efecto, fui yo la que lo dijo—Se acercó a Sana de nuevo y la sostuvo del mentón—Supuse que pasaría algo así, Dahyun se volvería insegura cuando tu la rechazaras en público dado que tu obviamente no querrías que nadie lo supiera. Y no me equivoque—Volvió a reír soltando una gran carcajada—Soy sorprendente ¿No crees?—Se alagó a si misma. 

Yellow (SaiDa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora