Las nubes grises iban cubriendo el cielo con su particular color gris, los rayos del sol iban desapareciendo y el fuerte viento se iba intensificando logrando levantar todas aquellas hojas que se hallaban tiradas en el suelo. Justó de bajo de aquel enorme árbol estaba parada Sana presenciando a Dahyun quién le estaba dando la espalda hasta que escuchó su voz. Lo único que deseaba en ese momento, era correr hasta su novia y abrazarla con todas sus fuerzas, era lo único que le daría fuerzas.
—¿Sana?—Dijo Dahyun.
Sana siempre mantenía una mirada sería y vacía sin importar a quién mirara, lo haría con despreció, pero con Dahyun era diferente, envidiaba la manera con la que Taehyung miraba a su novia, ese brillo tan peculiar y esa inocencia, creí que era muy diferente a la suya. En estos momentos veía a Dahyun de una manera tan especial, que podía demostrar lo tan importante y lo mucho que significaba para ella. Quedando enfrente de la menor, la observo por unos segundos de pies a cabeza y la tomo por sorpresa rodeándola con sus brazos y atraiéndola a su cuerpo.
—Te necesitó—Susurraba Sana al oído de Dahyun—Llevó días queriendo que me abrazaras tan fuerte como ahora, es lo único que me hace mantenerme firme.
Dahyun no puso ninguna resistencia, se dejo envolver en aquellos brazos que le daban tranquilidad, cada vez que Sana desaparecía un enorme miedo entraba en sus pensamientos pensando lo peor, y lo odiaba porque eso la hacía sentir impotente.
—No te desaparezcas tan de repente—Le pidió Dahyun agarrando con fuerza la chaqueta de mezclilla que la japonesa llevaba puesta—No hagas que me preocupe de esa manera—Soltó un enorme suspiro de alivió—Sana tonta—Le dio un pequeño golpe en la espalda.
Sana solo rio a lo último y abrazó con más fuerza a Dahyun, recostando su mentó sobre los hombros de esta y dejándose llevar por su rico aroma del perfume que llevaba puesto en ese momento. Dahyun notó un par de cosas, Sana dio un ligero brinco y soltó un pequeño quejido al pequeño golpe que le dio, no quiso decir nada, creía que solo era su imaginación. No dijeron ni una sola palabra más durante varios minutos, se dejaron envolver por el abrazo y el silenció a veces era la mejor respuesta y lo único que necesitaban.
No se equivoco, Sana no estaba bien.
Al separarse del abrazo, la japonesa sujeto la mano de Dahyun y le pidió que la siguiera; iban agarradas de la mano. Normalmente Sana al caminar guardaba silenció, pero esta vez iba tarareando una canción que la menor no conocía y tampoco quiso preguntarle, solo se mantuvo escuchándola hasta que al llegar al lugar en donde sus manos finalmente se soltaron de nuevo. Desde que llegó tenía demasiada curiosidad acerca de en dónde se encontraba, y aunque quiso preguntar a dónde se dirigían no tuvo el valor de hacerlo.
—¿Te gustan los días de campo?—Sana miraba el cielo sintiendo el airé chocar con su rostro—Nunca hemos tenido una cita, nuestra primera cita se arruinó—Dejo de sonreír—Pensé en como debía compensártelo y en lo único que pensé era en que quería estar contigo sin nadie al rededor—Cerró los ojos y se mantuvo con la cabeza levantada—Espero que este bien para ti.
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Yellow (SaiDa)
Novela JuvenilEl amarillo se volvió su color favorito, sin conocerlo y si nunca antes verlo. Era por la chica rubia que lograba hacer latir su corazón con el simple tacto de sus manos tocando los suyos, era un sensación tenebrosa que lograba hacer temblar todo su...