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La mañana era demasiado helada, sin embargo ni se molestó en ponerse un abrigo y volvió a usar aquellos tenis viejos que solía usar antes de que la chica de piel pálida le obsequiara unos

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La mañana era demasiado helada, sin embargo ni se molestó en ponerse un abrigo y volvió a usar aquellos tenis viejos que solía usar antes de que la chica de piel pálida le obsequiara unos. Debido a eso, llamó la atención de quienes pasaban al rededor, todos usaban enormes abrigos y la japonesa solamente con su uniforme caminando por los pasillos del colegió como si se tratara de un día soleado. No tardo en encontrarse con Momo, estaba con un par de chicas altas, era la primera vez que las veía, le hizo a señal a su amiga para que fuera a dónde estaba; llamó rápido su atención que fue corriendo hasta en dónde estaba majestosamente esperando. Miró lo que llevaba en la mano, eran cigarrillos, desconocía completamente que fumara, sabía que consumía ciertas sustancias, pero nunca la había visto fumar.

—¿Entraras a la primera clase?—Le pregunto Momo quién guardaba los cigarrillos en alguna parte de su mochila—Solo vendrán hablar de las universidades, tú no lo necesitas de todos modos obtuviste una beca—Busco algo en el bolsillo de su uniforme—Si no vas a entrar podemos ir a divertirnos detrás de la escuela—Le guiño el ojo. 

—¿Tienes?—Momo asintió—No tengo ganas de entrar a clase de todos modos. 

—Esa es la actitud de la vieja Sana que conozco—Momo encimó su brazo sobre los hombros de Sana y le dio unas palmadas alentadoras—Vayamos antes de que la señora Myoui venga y nos de un sermón de vida. 

Había un pequeño lugar secreto que tenían, solían ir cada mañana en el que no deseaban entrar a clase y poder estar tranquilas sin miedo a que un profesor las fuera atrapar haciendo cosas que no estaban permitidas dentro del reglamento de conducta, y fumar no estaba permitido en absoluto. Aquel lugar se volvió el lugar favorito por las mañanas, justo detrás del kiosco dentro de unos arbustos se hallaba un lugar tranquilo y agradable a la vista de cualquier persona. Se sentaron encima del pasto, para ser un lugar en dónde el propio jardinero de la escuela desconocía, el lugar se veía bastante bien, con los rosales que las rodeaba. 

—¿Desde cuando fumas?—Sana miró la mochila de Momo en busca de alguna respuesta.

—No hace mucho—Saco el par de cigarrillos del bolsillo y los mantuvo en la mano—Es relajante, deberías probar uno, por tu expresión me doy cuenta de que no tuviste una agradable noche—Le ofreció un cigarrillo y lo acerco a la japonesa para que lo tomara—Vamos, no es difícil como parece. 

Sana dudaba mucho acerca de si tomar aquel cigarrillo y probarlo, no lo había hecho antes y eso le daba un poco de temor. Acercó la mano poco a poco y lo sujeto, el olor que provenía de el era muy fuerte, lograba impactar aquel ahora a nicotina entrar en sus fosas nasales, aún sin haberlo prendido. Observo a Momo prenderlo, solo lo tomo con dos dedos y se lo llevó a la boca, y con un encendedor lo prendió, el olor era aún más fuerte prendido, en las fiestas solía sentirlo, pero al ser un lugar más grande el olor se iba perdiendo. Le dieron el encendedor, era su turno, estaba nerviosa de hacerlo mal y hacer el ridículo, imitó las acciones de su amiga, puso el cigarrillo en la boca y lo encendió, tosió al inhalar el humo, sintió como un montón de humo daban fondo hasta el final de su garganta eso solo consiguió la burla de la japonesa al frente.

Yellow (SaiDa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora