A lo hecho, arrepentimientos
"Cuanto más quiero olvidarte
más quiero llamarte"
—Santos, me estas aplastando —murmuré sin abrir los ojos al sentirlo encima de mi.
—Déjame dormir —sus piernas estaban sobre las mías y su pesado brazo me arrinconaba logrando que las pieles desnudas de nuestros pechos se presionaran
¿Las pieles desnudas?
Abrí los ojos en pánico justo a tiempo para observar los ojos de Santos que también estaban abiertos con horror, entonces, casi simultáneamente, ambos dimos un salto digno de las olimpiadas alejándonos del otro como si hubiésemos tenido una explosión eléctrica
—¡Tati!
—¡Santos! —gritamos al unisono con horror y nuestros ojos se encontraron cada uno de pie con mi cama en el medio.
Mis ojos vagaron por su pelo despeinado, su perfecto pecho desnudo y su bóxer que no hacia mucho para ocultar su paquete.
Enseguida, Santos se dio media vuelta y se llevó las manos a sus ojos gritando
—¡Tápate!. Mierda. ¡Tápate!
Miré hacia mi propio cuerpo dándome cuenta que mi pecho estaba descubierto y que solo vestía mi pantie.
¡Estaba desnuda al frente de Santos!
Mierda. Mierda. Mierda
Busqué alrededor de la cama y encontrando una enorme camisa me la puse por encima con rapidez
—Listo
Santos se dio la vuelta para mirarme pero sus ojos azules estaban cargados con una expresión que hacían que mis rodillas temblaran, sacudió su cabeza y se volvió a tapar
—Joder Tati, cuando te dije que te taparas no me refería a que te pusieras mi jodida camisa.
Tragué saliva porque su voz era ronca y porque el bulto en su bóxer estaba creciendo.
Aparta tus ojos. Aparta tus ojos.
Mi cabeza dolía y mi cuerpo se sentía como en un limbo.
Tomé la cobija de mi cama y la envolví en mi cuerpo, mientras que Santos tomaba el pantalón en el piso y se lo colocaba tan rápido que me sorprendió.
Nuestros ojos se volvieron a encontrar y se apartaron otra vez porque los recuerdos de lo que habíamos hecho anoche hacían que mis mejillas ardieran y que mi estómago entrara en conflicto entre todo lo que estaba bien y todo lo que estaba mal.
No habíamos tenido sexo pero mierda, que sus dedos y los míos hicieron cosas que no deberíamos haber hecho.
Nunca.
Ay mierda ¿Por qué lo hicimos?
—Lo de anoche... —Santos cerró su boca, la volvió abrir y luego la volvió a cerrar. Sus ojos evitaron encontrarse con los míos.
—Fue un error
Santos se volvió hacia mí y sus ojos parecieron verse recorridos por el alivio.
—No debió haber ocurrido —concordó.
Yo asentí. Él asintió.
—Nos dejamos llevar —murmuré
—Si. El vino...
ESTÁS LEYENDO
Enloqueciendo con los Vilkartiz✔️
ChickLitSamantha Vilchez nunca ha estado enamorada, ella ansia y desea tener un amor de cuentos de hadas. Saber qué se siente eso que todos llaman amor Y luego, Samantha lo ve a él. Antonio De Rossi, el chico misterioso que parece sacado de la mitología rom...