Si Maoma no va a la montaña, la montaña va a Maoma
Me hablas y sonrió
No me escribes y me desespero
Tengo miedo
— Eres demasiado rara —dijo Sabrina al verme untar mostaza en mi cachapa
—La mostaza combina con todo —respondí sin importarme su mirada de rareza.
Habíamos manejado cerca de una hora solo para comprarlas, las cachapas con queso eran vida. No había ninguna duda en eso.
Santos apareció en la cocina vistiendo un mono del Barcelona de pijama dejando su musculoso torso desnudo, quizá si le tomábamos fotos a todo el clan sin camisa vistiendo únicamente los brazaletes de Sabrina, sus ventas se dispararían hasta el cielo.
— ¿Cómo es que ustedes pretenden venir a comer para acá y llenar toda la casa con este olor y no traer una para mí? —Santos depositó un ruidoso beso en mi mejilla — Piojosa —y luego depósito otro ruidoso beso en la mejilla de Sabrina —Brujita. Eres la afortunada designada en compartir tu cachapa conmigo.
— ¿Qué, por qué yo?
—¿Estás viendo la asquerosidad que acaba de hacer la piojosa?
Sabrina se giró hacia mí y Santos aprovechó la oportunidad para tomar el cuchillo y cortar un pedazo para él
—Eres una perra. Lo haces apropósito para no tener que compartir.
Sonreí llevándome un pedazo a mi boca. Delicioso.
—¿Que comen? —Damián entró en la cocina descalzo y vistiendo únicamente un short deportivo.
Era sabido que los hombres eran Alérgicos, con A mayúscula a usar ropa dentro de la casa, no que yo me quejara de poder ver sus cuerpos medio desnudos caminando por la casa, obviamente. Además, Damián tenía el tatuaje de un elefante en su pectoral derecho que era increíblemente sexy.
—Mi princesa —saludó depositando un beso en mi cabeza y luego sonrió hacia Sabrina— Pero si es Sabrina la Brujita. ¿Cuál hechizo nos enseñarás hoy?
— Puedo lanzarte un septusempra
—Eso es Harry Potter, por favor, ubícate en tu personaje —Damián se sentó a mi lado arrimando la silla hasta mí para quitar de mi mano el tenedor y tomar un bocado de mi comida.
—Tiene mostaza —advertí antes de que se lo llevara a la boca pero él se encogió de hombros y se lo comió
—Por esto deberías casarte conmigo, yo no le tengo asco a tus mezclas extrañas.
Un segundo después una servilleta golpeó la cabeza de Damián.
—Eso no es justo hombre, puedo intoxicarme con sus comidas extrañas.
— ¿Estás viendo princesa? Él piensa que lo vas a envenenar.
Otra servilleta golpeó la nariz de Damián
— Por eso es que te montan los cachos, deja de echarme paja, ¿Que paso con lo de amigos antes que las putas?
Sabrina se atragantó con la comida y el cuchillo en mi mano tuvo una nueva y provocativa dirección
— ¿Que acabas de decir?
Damián abrió su boca — ¡Te dijo puta! ¡Te dijo puta! Yo lo escuché.
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Enloqueciendo con los Vilkartiz✔️
Chick-LitSamantha Vilchez nunca ha estado enamorada, ella ansia y desea tener un amor de cuentos de hadas. Saber qué se siente eso que todos llaman amor Y luego, Samantha lo ve a él. Antonio De Rossi, el chico misterioso que parece sacado de la mitología rom...