A Correr Piojo que viene el Peine
"En tus ojos me perdí
Y perdida en ti, todavía sigo"
Una parte completamente inmadura de mi quería salir pirando de aquí fingiendo no haberlo visto mientras gritaba No soy yo, no soy yo, es una igualita a mi
La parte madura y racional me instaba a quedarme en mi lugar sabiendo que no estaba haciendo nada malo y que no tenía por qué esconderme
Yo tenía todo el derecho de salir y hablar con quien se me diera la regalada gana. Si señor
Cuando Santos Sankartiz comenzó a caminar hacia mí, ese pensamiento trastabilló, se iba a armar. Se armaría la de San Cristin
Miré a Antonio y él también había dado un paso atrás pero no lucia en absoluto incómodo ni asustado, lucia calmado y curioso. Quise adoptar la misma actitud indiferente. Santos caminaba hacia nosotros en largas zancadas, con Sandra intentando seguirle el paso, su molesta mirada solo se enfocaba en un punto.
Yo
—¿Qué haces aquí? —preguntó entre dientes cuando estuvo cerca, ni siquiera tuvo la educación de saludar.
—Te dije que iba a salir —revolví el pitillo en mi bebida incapaz de mantenerme quieta— ¿Qué haces tú aquí?
—Santos y yo llegamos hace unos minutos —respondió Sandra intentando ser casual pero su voz era tensa— ¿Cómo estas Sammy?
—Bien y ¿Tú? Me gusta tu traje de baño.
Sandra abrió la boca pero Santos interrumpió
—Pensé que habíamos hablado contigo.
Santos estando molesto era algo extraño de ver y en definitiva no me gustaba verlo molesto y menos conmigo, ni me gustaba las dagas azules que lanzaba hacia mí.
—¿Tú tienes derecho a estar aquí pero yo no? —pregunté
—Es diferente. —no me agradaba para nada su tono de voz irritada e impaciente
—¿Por qué? —miré hacia Antonio pero él solo observaba a Santos silenciosamente. Santos ni siquiera le había dirigido una mirada, que maleducado.
—Si necesitas que te repita todo otra vez lo haré, pero ahora mismo nos vamos.
Sandra hizo una mueca y sus ojos me miraron con pena. A ella le agradaba este episodio tanto como a mí
—No me iré a ningún lado, la fiesta no ha terminado.
Su mandíbula se tensó y dio otro paso más cerca de mí
—Te vienes conmigo en este instante y no me hagas discutir. —murmuró entre dientes.
Di un paso atrás notando que habíamos llamado la atención de los amigos de Antonio, Julián y Carlos nos miraban desde una esquina de la piscina. En realidad, varias personas nos miraban con atención. No había rastros de Alonso por ninguna parte.
—No puedes decirme que hacer, vine con Antonio y me voy con él
Miré hacia Antonio, sus ojos estaban fijos en Santos, su mandíbula apretada, sus brazos se habían cruzado en su pecho marcando sus bíceps. No pude descifrar ninguna emoción en él
Ante la mención de Antonio, el cuerpo de Santos se tensó más si es que eso era posible, sin embargo, no apartó su mirada de mí. Tenía la sensación de que si, Santos y Antonio intercambiaban palabras la situación se pondría fea.
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Enloqueciendo con los Vilkartiz✔️
Literatura FemininaSamantha Vilchez nunca ha estado enamorada, ella ansia y desea tener un amor de cuentos de hadas. Saber qué se siente eso que todos llaman amor Y luego, Samantha lo ve a él. Antonio De Rossi, el chico misterioso que parece sacado de la mitología rom...