Se quedó como rosa, sin culo ni cosa.
"Ya me cansa que mi vida siga vacía"
—¡Eres mi perra!
—¿Saben que me gusta hacer cuando se me baja el autoestima? —Julián preguntó apartando su vista del juego.
—¿Mirarte el pene?
—Mirar el de Rosita.
—¡Soy su papá! —Alonso volvió a gritar cuando, otra vez, metió un gol en la portería de Julián y Carlos.
—Ustedes son la mierda —exclamé porque esa era la verdad.
Me recosté del sofá dejando a un lado el control del Play y tomé mi teléfono, un montón de mensajes aparecieron en la pantalla y los leí por encima sin mucho interés porque ninguno de ellos era el que estaba esperando y parecía como si iba a esperar por siempre.
—Ustedes dos apestan como la mierda cada vez que miran su teléfono con esa mirada de perro —dijo Carlos— Me ponen enfermo.
Alcé mi vista hacia Alonso quien estaba mirando su celular con una mirada expectante.
—Bueno, ¿Cuánto tiempo le duró esta vez? ¿Un mes? —Julián preguntó
—¿De qué me estoy perdiendo aquí? —pregunté esperando que la respuesta no fuese aquella que ya sabía que era porque no había ninguna jodida manera en la que él estuviese detrás de ella, otra vez.
Alonso alzó su mirada hacia mí con una expresión aburrida
—Nada que sea de tu incumbencia.
—Está escribiéndole a Benatia aka la toxica, otra vez —rió Julian
—Y ella lo está ignorando, otra vez —Carlos terminó
—Otra vez y otra vez y otra vez —Julián cantó
—¿Estas jodidamente fuera de tu puta cabeza? —pregunté irritado.
—¡Ay, jodete! Tú eres el primero que no puede dejar de ver su celular como un puto tick nervioso —Alonso el imbécil, me pareció un poco más imbécil.
—No te atrevas a comparar las cosas.
Pero en realidad, Alonso tenía razón, yo era igual de patético que él e incluso peor.
Alonso apartó su mirada e hizo un sonido con su nariz.
—Me la encontré el otro día, pura casualidad. Ella luce tan distinta, no le hablé, solo la vi pero... —no dijo nada más. Nadie dijo nada más.
Él había jodido las cosas en un grado en el que ni siquiera sabíamos que podían joderse más de lo que ya lo estaban y no podía entenderlo, no me gustaba en lo absoluto Benatia, esa chica estaba loca, sin embargo, últimamente parecía como si todos estuviésemos en realidad dañados.
—No te entiendo, hombre. —Carlos pareció haber leído mis pensamientos— Esa chica es escalofriante y está loca y esas son dos cosas a las que todo hombre sabe que hay que huirle. Huirle, no acercarse.
—No está loca —Alonso chistó, luciendo irritado y en consecuencia, se ganó una mirada severa por parte de nosotros tres—. Bueno, puede ser que lo esté un poco pero ustedes no la conocen tan bien.
—¿Y tú si lo haces? —se burló Julián con ironía y otra vez, nadie respondió.
—¿Desde cuándo no tienes sexo? —Carlos hizo una muy buena pregunta
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Enloqueciendo con los Vilkartiz✔️
Literatura FemininaSamantha Vilchez nunca ha estado enamorada, ella ansia y desea tener un amor de cuentos de hadas. Saber qué se siente eso que todos llaman amor Y luego, Samantha lo ve a él. Antonio De Rossi, el chico misterioso que parece sacado de la mitología rom...