XLVII. Perro que ladra, muerde

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Perro que ladra, muerde

"Tengo miedo que buscas a alguien perfecto

y yo tan de carne y hueso"


—Shh no hagas ruido...no, no te desabroches el pantalón... contrólate... espera, me estas rasguñando... ¡Trimalditacion! ¿Me acabas de morder? .... que no hagas ruido, joder... ¡No! No me subas la camisa, loca déjame... ¡Auxilio Samantha me quiere violar!

La luz de la sala se encendió y llevé mis manos a mi cara con horror porque la luz quemaba.

—¿Que mierda está pasando aquí? —esa voz yo la conocía.

Abrí mis dedos entre mis manos para ver a un muchacho rubio, alto, tan hermoso como si fuese un Ángel del cielo caminar hacia nosotros, pero ese Ángel tenía una expresión muy muy molesta en sus facciones y de su mano una copa con un líquido rojo oscuro se sostenía.

—La loca está borracha —dijo el muchacho a mi lado, bajándose la camisa y sacudiendo su cabeza haciendo que sus lindos rizos oscuros se balancearan

Alcé mis dedos hacia sus rizos queriendo jugar con ellos y halarlos como si fuesen un resorte

—¡Deja de jalarme el pelo! Oye, eso duele. ¡Deja! —sus manos grandes tomaron las mías y se alejaron de mí provocando que una risa estallara de mi garganta

—Tus rizos son suacitos.

—Sí, y si los sigues tocando dejaran de existir

—¿La emborracharon? —el muchacho rubio, el ángel, preguntó, su voz sonaba molesta y se acercó hacia nosotros con sus cejas juntas

—No la emborrachamos. Ella se emborrachó solita —dijo el de los rizos soltando un suspiro. — y mira que es insoportable estando borracha ¿Eh? Lo que me costó subirla

—¿Por qué tiene el el shortdesabrochado?

¿De quién hablaban estos dos? Bajé mi vista y sorprendentemente el botón de mi short también estaba desabrochado.

—¡Oye! No me vayas a golpear —el de los rizos dio un paso atrás— fue ella sola, te lo digo, quiere violarme así que yo mejor me voy. Te dejo a cargo, Fabricio espera abajo

—No te..ayas —murmuré creo— rizos noteayas, no.

Me lancé hacia él y envolví su cuello con mis brazos y empecé a esparcir besos por todo su rostro, por sus cachetes, su nariz, sus parpados y su boca.

Él se retorcía debajo de mí

—Te... Extrañaré...uchi —dije sin dejar de darle besos

—¡No me beses! Déjame. —ricitos intentó alejarse pero no lo dejé

—¡Suéltalo! —Unas manos me sostuvieron con fuerza de la cadera e intentaron apartarme de mi ricitos—. ¿Qué coño le dieron?

—Cerveza. Solo fue cerveza —ricitos se deshizo de mi abrazo y el Ángel me sostuvo con fuerzas, pegándome a su pecho para que no fuera tras de rizos.

—¿No me quieres? —lloriqueé mientras lo veía abrir la puerta para irse—. Me está dejando

Entonces empecé a llorar.

—Vete. Yo me encargo solo vete y escúchame, lo que acaba de suceder por tu bien te recomiendo que lo borres de tu mente.

—Claro porque será muy fácil olvidar que Samantha me acaba de bes... —alcé mis ojos porque pensé haber escuchado mi nombre pero ricitos tenía una expresión asustada en su rostro— ¿Que dije? No sé qué dije. No sucedió nada. Me largo.

Enloqueciendo con los Vilkartiz✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora