Marina contempló varias posibilidades, porque "completamente informal" para ella sería calzarse las con pantuflas que tenían la cara de Mickey y vestirse con algún pantalón de franela y una remera con algún personaje de Disney.
Sí. No podía negar ni se molestaba en ocultar su pequeña debilidad. Tuvo desde su infancia adoración por los personajes de Disney y desde entonces no había dejado de comprarse cualquier objeto o prenda que conseguía con los personajes. Por supuesto que ella tenía una especial simpatía por Minnie y Mickey, a los cuales adoraba.
Pero aun así, se alegró de que no fuera una salida formal. Estaba cansada de tanto brillo y tanto glamur y un fin de semana, a donde sea que fuera que quedara su casa, sería como una bocanada de aire fresco para su cuerpo.
Pero también una manera mejor de conocerse. Pasar todo el fin de semana juntos para saber más uno del otro a Marina le pareció de lo más excitante, pero también de lo más peligroso.
"Dios Mío, esto va demasiado rápido, hace solo veinticuatro horas ni siquiera sabía que Mauricio existía y ahora... no veía la hora de volverlo a ver"
Todo era demasiado maravilloso para ser cierto, aunque Marina nunca olvidaría para quien trabajaba.
Un jean gastado de Michael Kors, y no porque fuera justamente viejo, fue su mejor opción. Una remera de algodón blanco mangas largas y una campera de paño liviano verde oliva, fue su conjunto elegido. Colocó en su mochila otra muda de ropa, prendas de ropa interior, su ropa de dormir favorita y por supuesto... sus pantuflas.
Miró su reloj por décima vez en los últimos quince minutos y si bien estaba con tiempo, todavía no podía decidir que iba hacer con sus cabellos.
"Completamente informal" pensó y tomando una banda elástica cubierta con una piel del mismo color que sus cabellos, los recogió en una cola de caballo tirante en su nuca y los ató para así dejar despejado su hermoso rostro.
Cargó todo lo necesario en su mochila, tratando de no olvidar nada y siete y treinta de la tarde se dispuso a salir de su departamento hacia la playa de estacionamiento en donde había dejado el auto de Mauricio.
Mientras manejaba por las transitadas calles de Buenos Aires atestadas de vehículos, sobre todo a esta hora del día, no pudo dejar de notar ese inquieto revoloteo en el estómago, ese delicioso calor en su pecho al saber que en pocos minutos lo volvería a ver. A pesar de que no podía pensar en otra cosa que no sean sus ojos y su increíble sonrisa, otra era la emoción que invadía cada fibra de su ser.
Era una necesidad, una urgencia que no podía explicar. Una especie de ansiedad por estar con él, como si lo extrañara... como si lo conociera de toda su vida...
"Dios, rogué tanto que esto me pasara" Pensó Marina quedándose sin aliento, porque estaba absoluta y perdidamente maravillada.
Mauricio había batido un nuevo record Guinness, porque nunca una persona había mirado su reloj tantas veces en tan corto tiempo. Eso sumado al hecho de que las agujas del reloj parecían haberse detenido, y su hermana, que seguía en silencio con esa mirada divertida y odiosamente inquisidora, que trató de ignorar lo que quedó de la tarde.
Pero a pesar de querer concentrarse para poder terminar con la sesión fotográfica lo antes posible, no podía evitar de vez en cuando respirar profundamente para luego exhalar todo el aire de sus pulmones para calmar esa ansiedad, a la que ya no podía controlar. Era todo muy extraño, hasta casi soñado, le parecía extraño que todo eso fuera real, si no tuviera la certeza de que Marina lo había llamado.
No veía la hora de verla, porque, maldita sea, la deseaba tanto, la extrañaba como si... como si hiciera años que la conociera.
¿Sería posible? ¿Sería posible sentir todo eso aún sin conocerla?
Mirando nuevamente su reloj y quebrando su propio record, comprendió que solo faltaban quince minutos para averiguarlo.
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La traición esta de moda
RomanceNada es lo que parece, sobre todo en el mundo de la moda. Cuando Marina ingreso a ese increíble universo de la mano de la prestigiosa fotógrafa Olivia Giuliani, nada le hizo suponer que su vida cambiaría para siempre . La lealtad y la confianza era...