Capítulo 10

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Olivia y Marina se desplazaron por todo el salón, deteniéndose estratégicamente a saludar a las personas más influyentes del mundo de la moda. Marina no pudo dejar de notar el respeto y lo bien recibida que era Olivia por cada una de las personas a las que ella se dirigía. Pero si bien Marina comprendió que la fotógrafa era respetada por su trabajo, también era fácil entender la fascinación que despertaba como mujer.

Cada hombre que saludaba no dejaba de lanzarle miradas lascivas que recorrían todo su cuerpo con cierta avidez contenida, contenida porque estaba segura que ella no los dejaría pasar más allá del límite de un contrato de trabajo. Cada mirada de los hombres, a los que ella se acercaba, daba crédito al recorrido que hacían por su cuerpo con un deseo que ninguno podía ocultar.

A Marina le fascinaba ese juego de seducción que ya comenzaba a comprender. Intuyó que no se trataba de un deseo sexual, sino de un coqueteo puro y exclusivamente previo a los grandes negocios que después se desprendían de todo este flirteo superficial.

Marina comenzó a comprender en la clase de mundo en el que se había metido y con una sonrisa pensó en que estaba segura de poder habitarlo y manejarlo.

Pero esta noche, a pesar de tantas revelaciones, algo fue distinto para Marina. Unos ojos azules, que bien pudo advertir fríos como el hielo, también por un momento vio en ellos un calor abrazador. Un fuego que la quemaba por dentro hasta hacerla derretir.

¡"Qué tontería"! Pensó largando un profundo suspiro. "Que sea atractivo para mí no quiere decir que me vea diferente. Sentí que me miraba distinto porque deseé que me mirara distinto" ¡"Y cuánto desearía que fuera verdad"!

Marina tenía muy claro lo hermosa que era y era totalmente consciente de la atracción que ejercía sobre los hombres cualquier sea su edad o condición.

Pero esta noche se dejaría llevar por el sueño de haber encontrado a un hombre que la había mirado como ella siempre había deseado.

Si bien por su trabajo había dedicado su vida adulta a que solo vieran su indiscutible belleza, y que erróneamente creyeran que era solo una frívola modelo más, últimamente tenía la imperiosa necesidad de trascender más allá de su belleza. Y ella creía que esta era una buena oportunidad para que no solo vieran su trabajo sino su capacidad y compromiso en lo que hacía.

Hoy por primera vez sintió la tibieza de ese sentimiento, por primera vez quiso perderse en el calor de su mirada y pretender que ese fuego que reparó en él, en lo que ella le hacía sentir.

Pretendió sentir esa hermosa sensación esta noche, aunque sabía que todo había sido una ilusión.

"Hasta que el reloj de las doce campanadas, Cenicienta" Se dijo.

Olivia y Marina se dirigieron hacia la barra en donde pidieron dos copas de champagne.

–Olivia, quiero agradecerte todo lo que estás haciendo por mí–Dijo poniendo su suave mano en el brazo de Olivia en donde pudo sentir un estremecimiento en la piel de la fotógrafa. Marina la miró sorprendida y Olivia pretendiendo que nada había ocurrido, tomó la mano de Marina entre las suyas y le dedicó una sonrisa casi fraternal.

–No tenes nada que agradecerme, observa y aprende todo lo que puedas, comenza a formar parte de este ambiente, que te conozcan, que sepan quien sos y lo que vales. Por cierto, lo estás haciendo muy bien.

Marina se dejó llevar por las palabras de Olivia y sintió un fuerte tirón en su pecho producto de su propia satisfacción.

–Gracias nuevamente, Olivia.

La traición esta de modaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora