– ¡Es una hija de puta!–Gritó Mauricio apretando los dientes con furia, después de haber leído y tirado la carpeta sobre el escritorio.
Lucía y Eugenia lo único que pudieron hacer fue cruzar por unos segundos sus impotentes miradas, mientras pensaban de qué manera podrían contener a Mauricio después de haberse dado cuenta que Olivia había cometido la peor de las ofensas. Había incurrido en el más bajo de los engaños, quebrantando códigos, reglas y pautas. Esas a las que él había respetado siempre.
Pero aun mirándose en silencio y tratando de hallar la forma, no consiguieron encontrar el modo de ayudarlo.
–Mauricio–Dijo Eugenia acercándose a él–Como abogada puedo hacer que Olivia pague por todo lo que hizo, el perjuicio que pudo ocasionar a tu estudio, su forma de actuar, con las pruebas que tenemos podemos lograrlo. Llevarla a juicio sería fácil, ni hablar de la suma de dinero que tendría que pagarte.
Eugenia y Lucía vieron como Mauricio en silencio se levantaba del sillón que había detrás del escritorio con exasperante lentitud. Se puso las manos en los bolsillos del pantalón y comenzó a caminar por el estudio sin ver absolutamente nada.
Estaba ciego, y si hubiera podido, él mismo acabaría con Olivia con sus propias manos. Pero también sabía que eso no tenía sentido. No perdería su dignidad ensuciándose las manos por una basura como Olivia. No ahora que estaba tocando el cielo con esas mismas manos.
–Mauricio... –Empezó a decir su hermana pero él la interrumpió.
–No me importa el daño que le pudo ocasionar a mi estudio, y mucho menos me interesa su dinero. Solo pienso en lo que podría haber sido de Marina si ustedes no hubieran actuado como lo hicieron... solo en eso puedo pensar.
Eugenia miró a Lucía con una sonrisa, mientras que la otra levantó una ceja con arrogancia diciéndole "Te lo dije" y luego sonrió. Lo que Mauricio sentía por Marina iba mucho más allá de lo que cualquiera de ellas pudiera comprender. Aunque mirando en esos momentos el rostro conmocionado de Mauricio, en el fondo de sus almas lo entendían.
–A parte–Siguió Mauricio girando para enfrentar a las dos mujeres que le sonreían–a Olivia poco le puede llegar a importar perder algo de dinero, y para ser sinceros no quiero nada de ella.
–Entonces–Le dijo Lucía– ¿Qué podemos hacer?
Mauricio miró a sendas mujeres y sonrió.
–Que Olivia sepa que fue engañada por ustedes va ser algo que ella no va a poder soportar. Y mucho menos cuando sepa que se enamoró de la hermana de Marina–Sonrió triunfal– Lo del asunto de la carpeta déjenmelo a mí.
– ¿Entonces no vas a hacerle juicio? –Eugenia la odiaba tanto que quería verla más que destruida.
–No, haré algo mucho peor. Voy a dejar en descubierto su juego y no solo eso, de manera muy sutil agregaré el detalle de que tengo pruebas. ¿Cómo creen que va a tomar el hecho de que podría usarlas en su contra en cualquier momento? Creanmé lo que les digo–Repuso mientras ponía cariñosamente una mano en el hombro de cada una de las dos mujeres que tenía a su lado–Cuando termine con Olivia no sabremos de ella nunca más.
Olivia no podía más con su corazón oprimido, exaltado y totalmente conmovido, que arremetía contra su pecho cada vez que por su cabeza pasaban las imágenes del rostro de Eugenia. Nunca se había sentido de esa manera. Nunca había deseado a alguien de ese modo.
Haciendo un recuento de su vida, mirando por encima de su hombro para contemplar su pasado, comprendió en lo estúpida que había sido en tratar de que nunca llegara este momento. Siempre había tenido muy en claro que las emociones y los sentimientos que pudieran llegar a doblegar su voluntad, serían los últimos que hubiera querido sentir.
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La traición esta de moda
RomanceNada es lo que parece, sobre todo en el mundo de la moda. Cuando Marina ingreso a ese increíble universo de la mano de la prestigiosa fotógrafa Olivia Giuliani, nada le hizo suponer que su vida cambiaría para siempre . La lealtad y la confianza era...