Capítulo 42

57 10 36
                                    


Marina quedó completamente hipnotizada por sus ojos, había una fuerza, algo inexplicable que la obligaba a mantener todos sus sentidos puestos en Olivia, como si quisiera que descubriera su existencia por primera vez. Y justamente eso fue lo que pasó. Marina fue arrastrada por esa energía, esa magia que la obnubilada por completo.

Fue difícil resistirse.

Fue fácil dejarse llevar.

Marina sabía que Olivia era hermosa, eso estaba fuera de toda discusión. Pero en ese momento sus ojos contemplaron el rostro, no de la mujer competitiva y avasallante que conocía a diario, sino el rostro relajado e insinuante de una mujer dispuesta a seducir a la persona que tenía a su lado. A ella.

Pero lo más curioso de todo, es que, aunque Marina se encontraba en un mundo completamente desconocido e inexplorado y por más que se había percatado que el lenguaje de la seducción funcionaba de la misma manera para todos los mortales, había algo que le producía curiosidad, y era el hecho de que ya no sentía tanta incómoda.

Marina sonrió tímidamente y bajó su mirada mientras era totalmente consciente de que Olivia seguía cada uno de sus movimientos.

– Espero no haberte perturbado– Dijo en tono de disculpa, mirándola con ojos penetrantes mientras se acercaba cada vez más a ella.

– No, nada de eso. Solo estoy un poco... contrariada.

– ¿Eso es porque te diste cuenta que me gustan las mujeres o porque me gustas vos?– Confesó con una despreocupada media sonrisa.

– Creo que ninguna de las dos cosas– Respondió con una seguridad que hasta la misma Olivia envidio– El hecho que te gusten las mujeres no es algo relevante para mí, y desde luego mucho menos el hecho de que yo te atraiga. Hace un tiempo que ya dejó de importunarme lo que mi aspecto y mi apariencia causan entre hombres y mujeres.

Marina sonrió pensando si Olivia lo habría tomado como falta de modestia. Pero algo le dijo que no. La fotógrafa estudiaba su rostro con expresión velada, asimilando cada una de sus palabras. Marina pudo vislumbrar un brillo de alivio que el rostro de Olivia no pudo evitar. Alivio, entendió Marina, producido solo por el hecho de que no tendría que luchar contra ningún prejuicio y eso hizo a Marina mucho más atractiva a sus ojos.

– Lo decís como si ser tan hermosa fuera una carga para vos.

– Lo fue, sobre todo cuando era el único motivo por el que se acercaban las personas. Pero eso es tiempo pasado, encontré el valor que tengo y no pienso perderlo.

– Eso tiene sentido, o por lo menos lo tiene para mí porque sé lo que vales– Respondió recorriendo el cuerpo de Marina con su mirada, hasta terminar en sus ojos en donde la modelo solo fue testigo de la lujuria que leyó en ellos– Entonces, si estas tan segura de todo ¿Qué te tiene tan contrariada con respecto a mí?

– El hecho que no me haya dado cuenta antes– Confesó acompañándola con una suave sonrisa.

– No veo cual sea la diferencia. Antes... ahora. Lo importante es que ya estas al tanto y por si te interesa saberlo me gustaste desde el primer momento en que te vi. Aunque no sé si eso puede ser importante para vos.

– Aunque lo creas lo es, puedo parecer ingenua en muchas cosas...

– Me puedo dar cuenta de eso– Respondió interrumpiendo– Sos única Marina, de verdad lo sos– Confesó con voz sedosa y sensual, algo que hizo tambalear la sólida estructura que Marina trataba de sostener para sobrellevar todo esto tan nuevo, tan excitante pero desconcertante a la vez.

La traición esta de modaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora