Chiquis [México x Canadá]

14.

A veces había desventajas porque su novia fuera más alta que él, pero a veces era bueno.

—Mexique —susurraba—, no te duermas mientras caminas.

—Es que estoy cansado —bostezó y restregó su ojo derecho.

—Te dije que no deberías desvelarte jugando en línea con Argentina —acarició la mejilla del tricolor, preocupada por esas ojeras.

—Pero ese pendejo me retó

Canadá suspiró, ya nada podía hacer, pero al menos podía darle un poco de confort y ayuda.

—Ven... Puedes dormitar mientras caminas y yo te cuido.

—¿Cómo le harás, mi vida?

—Así.

Canadá atrajo el rostro de México hacia su pecho, rodeando la espalda del mismo con su brazo, y al final le besó la frente. Fue un poco raro coordinar sus pasos, pero era realizable y México podía acurrucarse sobre uno de los lindos pechos de su florecita mientras caminaba con los ojos cerrados. La vida era buena.

—Así me pongo de buen humor.

Canadá rio divertida, dejando que su cintura fuera rodeada por esos brazos, vigilando que no los vieran hasta que llegasen a la sala de juntas correcta y soportando el rubor de sus mejillas.

—Sólo hasta llegar.

—Noooo —se quejó presionándose más contra la piel oculta por la camisa—. Así estoy bien.

Era de la altura perfecta para esos abrazos, donde su rostro cabía perfectamente en el pecho de Canadá. Y a su florecita le gustaba eso también.