Chiquis [México x Canadá]

26.

—Es mi smizmar.

Las mejillas de Canadá adquirieron un rojo casi adorable, tal vez por eso USA lo abrazó en vez de regañarlo, es que no se podía enojar con la bolita de algodón que tenía por hermano.

Al menos hasta que entendió "eso".

Y se encabronó.

—¿Quién fue?

—Tu mirada da miedo, Ame.

—Es porque —torció una sonrisa psicópata—, estoy planeando un asesinato.

Canadá tuvo que sujetarlo por los hombros para que USA no saliera a dispararle al primero que se le atravesara. Porque como buen hermano sobreprotector, iba a disparar primero y a preguntar después.

Pero el asunto no acababa ahí.

—¡Pero es mi culpa!

—¡El culpable es el padre del niño! —USA se agitó nuevamente, furioso.

—¡Ame, espera!

—Al que llamaremos Nataniel —se calmó un poco, deteniendo sus movimientos, y así Canadá lo soltó—, que tendrá tus ojitos azules y tus pecas..., y al que le heredaré mi encanto.

—Ame —se quejó Canadá—, ¿no crees que desviaste la prioridad ahora?

—Cierto —volvió a tomar su escopeta—. Tengo que matar a alguien.

—¡Bro! —se interpuso—. ¡Sabes lo que quiero y no ayudas!

Era cierto, porque el hecho de que Canadá confesara que su smizmar era México, no certificaba que el frijolero fuera el padre del bebé también. Y ahí estaba el otro asunto, porque se suponía que lo del smizmar era secreto y cualidad de muy pocos countries, por lo que era un secreto muy preciado.

Entonces.

¿Cómo iban a ir por ahí pidiéndole a los sospechosos una muestra de ADN?

—Voy a usar a la CIA.

—¡No!

—¡Entonces qué quieres que haga! ¡Necesito un culpable para mi bebé! —acarició su 9 milímetros.

—Bueno... —Canadá rio nervioso—, podría... Podría empezar por... por México.

—¡No quiero que sea ese tercermundista!

—¡Pero es el más probable! —sus mejillas ya no podían estar más rojas—. Porque... él... Bueno yo... —dijo nervioso.

—Cany —le sostuvo el rostro—, dime que no es cierto.

—Ame... estuve saliendo con México un par de semanas —suspiró—, intenté... coquetearle un poco.

—¡No!

—Sinceramente... espero que sea él.

—¡No! —se tiró de los cabellos.

—Aunque ni siquiera se entere de esto —se tocó la pancita—, desearía que fuera él.

Notas finales:

Krat y sus pendejadas nocturnas XDDD

Perdón.

Pero es la única forma para detener a mis dedos con la idea de seguirle al omegaverse, porque voy a armar una historia y ya tengo suficientes iniciadas por el momento. ¡No puedo crear otra!

Ayuda.

Estoy bien pendeja.