Chiquis [México x Canadá]

106.

—No fue mi intención —Canadá elevó sus manos y mostró sus palmas en son de defenderse.

—Ni la mía —y México dejó de apretar frenéticamente el botón del ascensor para abrir las puertas y escapar.

Se habían quedado atorados en esa caja de metal porque de pronto se fue la energía, así que estaban medio a oscuras y separados por menos de un metro. Ah sí, tal vez México no debió de distraerse tanto, así no hubiese entrado al ascensor al ver que ahí estaba Canadá... o tal vez Canadá no debió saludar al latino y quedarse en su esquina sin hablar.

Ahora estaban ahí.

Evitando mirarse para no incomodar al otro.

Pero sinceramente, deberían aprovechar la situación.

—México —susurró Canadá sin mirarlo, jugando con sus dedos—, lamento lo que te dije antes... No quise incomodarte.

—¿De qué me hablas, güero?

—Lo dije sin pensar, y tal vez a ti ni te gusten los chicos. Así que lo siento.

México obviamente sabía de lo que hablaba, pero estaba en una especie de pánico porque se avergonzaba de su forma de actuar anterior, así que intentó evitar el tema, pero Canadá estaba siendo sincero... así que él también debería serlo.

—Discúlpame a mí, wey, es que me alteré..., pero no quise asustarte.

—¿En serio?

—Sí —se rascó la nuca—, y no es que me desagrades o algo, es más, eres bastante encantador, además hasta soy medio joto y tengo mi pasadito... Pero, la neta, me sorprendió que te me confesaras así y... Bueno antes de eso creí que me buscabas pelea y... —bufó enfadado porque no estaba diciendo las cosas bien—. Perdóname, Canadá, no quise asustarte.

El tricolor entonces miró al canadiense y se dio cuenta que este tenía su dedo índice entre los labios, sonreía sutilmente, y que trataba de ocultar un ligero tono rosado en sus mejillas.

Ah, por dios, Arge tenía razón, el güerito ese sí era bien bonito.

Lo escuchó reírse bajito, entre dientes, y encogerse de forma insegura, pero a la vez relajándose un poco. Al fin las cosas se aclararon y parecía que ambos perdieron su incomodad.

—¿En verdad creíste que buscaba pelea?

—Pos sí, wey. Es que, no mames, ¿qué más querría una potencia conmigo si no era una pelea?

—Tal vez una conversación... o algo más —sonrió—, porque eres interesante y siempre sonríes.

—Pues... no sé.

Entonces se quedaron ahí, hablando un rato, riéndose, esperando a que la luz regresara. Y después siguieron juntos, planeando salir alguna vez, en plan amistoso... o algo más.