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México vio cómo Canadá repartía chocolates a todos los country debido a la fecha. Sintió envidia y un ligero ardor en su estómago, o tal vez eso último era porque se pasó con la salsa en el desayuno.

Lo importante era su decepción.


—¿Y tú qué le darás al maple? —Colombia miró cómo USA se tomaba fotos con su hermano y su chocolate.

—Creo que nada.

—¿No iba a declararse, parce?

—Ya no.


Es más, tomó sus cosas y salió en silencio del edificio. Solo quería volver a casa por ese día. Lamentablemente alguien no quiso que fuera así de fácil.

México se detuvo al escuchar su nombre, y poco después se halló con esos ojazos azules que tanto le gustaban.


—Creí que no te iba a encontrar —respiró aliviado y agitado por correr.

—¿Qué se te ofrece, maple? —le sonrió, siempre lo hacía cuando lo tenía frente a él.

—Quiero darte algo.


México no quería recibir otro chocolate como los demás, pero tampoco iba a despreciarle algo a Canadá. Solo suspiró y esperó hasta que el bicolor encontrara ese "algo" en la maleta que cargaba.


—Hum... No es mucho —Canadá habló nervioso—, pero... espero te guste.


México tomó una pequeña bolsa de regalo, elevó una ceja porque era demasiado como para un simple obsequio de amistad, pero le ganó la curiosidad y la abrió. Ahogó una risita al captar el detalle y lo sacó para mirarlo mejor.

Era un ajolote de peluche.


—Mira no más —deslizó sus dedos por la suave tela.

—¿Te gusta?

—Sí.


Ya valía madre todo. Si el maple le dio algo especial, era una señal, ¿no? Entonces iba a arriesgar todo.


—¿Pero sabes qué me gusta más?

—¿Qué? —Canadá apretaba con fuerza su camisa.

—Tú —le sonrió—. A la verga... Me gustas un chingo —río nervioso porque al fin Lo dijo.


Canadá tardó un poco en procesar eso, poniéndose cada vez más nervioso y enrojeciendo dramáticamente hasta que sintió sofocarse.


—¡Y tú a mí! —elevó su voz.

Chiquis [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora