Chiquis [México x Canadá]

11.

—¿No es una de esas cosas que activan esa otra cosa?

—Uy sí. Todos te entendimos.

—Es un control remoto, pe.

—¿Y para qué?

—Sólo tiene un botón.

—Hay que apretarlo.

—Ey, no creo que sea buena... idea —suspiró.

De verdad no era buena idea. No si estaban en casa ajena, curioseando en una habitación cualquiera, en medio de un asado organizado por uno de los habitantes de esa casota, bebiendo y esperando a que los faltantes llegaran.

Y es que esa cosa se les hacía familiar, pero no recordaban qué era, así que la curiosidad ganó y...

—Oh. Ya me acordé —Colombia río bajito—. Parce, esto es el control de un vibrador. De esos juguetes que se les mete por....

Entonces miraron a Bolivia, quien seguía apretando el botoncito del control y jugaba con los numeritos de...

Oh.

Todos se quedaron callados, pensando, analizando su situación. Porque estaban en una de las habitaciones en casa de los hermanos norteamericanos y...

—Apuesto que quien lo usa es México.

—Por dos.

—Por tres.

—Nah. Yo apuesto que es el gringo.

—También lo creo.

Risas y risas hasta que alguien los descubrió.

Todos salieron corriendo y dejaron el control de lado, porque era mejor huir que tentar su suerte y ser blanco perfecto para la escopeta de un mexicano encabronado.

—¡A quien le voy a dar un tiro! Quien chinga'os les dijo que tomasen las cosas ajenas, cabrones hijos de la...

Los que corrían no tenían ni idea de la razón de la furia del mexicano.

Aunque, si se hubiesen fijado mejor desde el inicio, se hubiesen dado cuenta que, cuando apretaron el control por primera vez, cierto canadiense que pasaba por el pasillo terminó en el suelo, cubriéndose la boca, y buscando desesperadamente al culpable de que en su interior se quedase cierto juguetito que empezó a vibrar de la nada.

Pobre de Canadá, o pobre de USA quien, tras superar la incomodidad, tuvo que ayudar a su hermano a llegar al baño.