Chiquis [México x Canadá]

15.

Se quedó mirando sus piernas, tenían musculatura marcada, pero eran largas y bonitas. Le gustaban sus piernas, y la idea de adornarlas con algo siempre estuvo presente.
Por eso compró esas medias de red.
Fue un impulso.
Pero ahora no sabía si hacerlo, porque no estaba solo en casa y la idea de ser descubierto le abrumaba.
Por eso esperó hasta que México se fuera a su reunión.

—Es ahora.

Canadá se aseguró de esperar el tiempo suficiente para verificar que México no volvería y entonces subió a la habitación. Sonrió al romper la funda y adoró el sonido de la prenda cuando la extendió. Era muy bonita, con diseño de flores en la mitad. Poco tardó en acomodarlos sobre sus piernas y le encantó.

—Sólo... Sólo una y ya.

Pero no bastó con una, siguió y siguió sin descanso. Tomando fotografía tras fotografía, cambiando la intensidad de la luz, la posición y el ángulo. Estaba encantado por cómo se veían esas medias en sus piernas.

—Te ves muy bien, maplecito.

Canadá cayó al suelo tras escuchar esa voz. Escondiendo su parte baja detrás de la cama y lanzando el celular en medio del pánico.

—Mexique... Qué... ¿Qué haces aquí? —habló nervioso—. Cuando.... ¿Desde cuándo estás viendo?

—¿Me dejas ver de cerca? —sonrió.

—Yo... solo. ... estaba.

—Si usas eso para mí... No me enojo —se acercó despacio, sin desear asustarlo.

—¿No te molesta?

—¿Qué? —arqueó una ceja—. ¿Por qué debería?

—Es que... —enrojeció

—Maplecito... tas rechulo... ¿No quieres mostrarme más a detalle esas medias? No sé... —sonrió con malicia—. Abriéndome esas piernas tal vez.

Canadá rio bajito ante la clara invitación a algo más que sólo ver, y entonces supo que tal vez ya no debería esconder su gusto por la lencería y las prendas que consideraba no deberían ser de uso exclusivo para mujeres. Encontró con quien mostrarse por completo, con defectos y placeres.
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Notas finales:
Amo las medias de red... Pero no tengo la confianza de usarlas.
¿Cuál es su gusto culposo?
¿Tienen?
Amo imaginar que Canadá gusta de la ropa bonita sea de hombre o de mujer y la usa cuando puede, en la soledad de su casa.