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—Me gustan grandotes y con carita de ángel.


Esa fue la forma en que México intentaba ligarse a ese güero de bandera roja y blanca adornada por una hojita de arce. Sonreía confiado, porque hasta lo acorraló contra una pared, y de ahí no lo iba a dejar escapar.


—Yo... —Canadá jugó con sus dedos.

—Sí me dices que sí, tendrás un esclavo de por vida, bebé.

—México —susurró un poco incómodo.

—¿Qué pasa, bonito?

—Estamos en la oficina de ONU.


Ah sí. Se le olvidó. Habían llegado ahí porque ONU quería hablarles... Y no sólo estaban ellos, sino USA y a algunos latinos más, la propia ONU también estaba presente. Tal vez por eso desde hace rato sentía algunas miradas pesadas sobre él.


—En mi defensa. Era mi oportunidad.

—Deja de seducir a mi bebé —USA abrazó a Canadá y se lo llevó lejos.

Chiquis [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora