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"Tienes que lograr que México termine su trabajo a tiempo."


La orden de ONU estaba presente en su cabeza, pero no estaba seguro de si la estrategia que planeó, serviría.

—Bueno. Hay que intentarlo.

Ni bien espió por la puerta. Se halló con un mexicano quejándose por el exceso de trabajo, recostado en la mesa y tecleando de mala gana con una sola mano.

—Mexique...

—Sí mi amor.

Canadá levantó sus manos y mostró los dos pompones que consiguió. Sus mejillas se tiñeron de un leve rosado y empezó.

—Vamos. ¡Vamos! —levantó los pompones y los movió de lado a lado—. Tú sí puedes —los bajó en un suave balanceo y sonrió—. Y el trabajo —escondió medio rostro detrás de su adorno—, ¡terminarlo debes! —elevó sus manos y soltó una risita.

México se sonrojó entre enternecido y divertido. El mal humor se le fue. Ahora sólo pensaba en lo mucho que amaba a su maplecito... Y qué le gustaban esos pompones.

—¿Ya estás motivado?

—Sí, mi vida —se posicionó correctamente en su escritorio—. Verás que termino esto de volada.

—Genial —sonrió animado—. Te traeré algo de comer para ayudar.

—Después nos divertiremos con tus pompones, así que no los alejes mucho.

—¿Está bien?

—Te va a gustar. Lo prometo.

Canadá estaba satisfecho. Ayudó al amor de su vida y cumplió su promesa a la ONU.

Chiquis [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora