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#Defectos


—¡Vete a la verga!

México empujó con fuerza al canadiense que se hallaba frente a él, con rabia y resentimiento, ciego por el dolor y la desilusión.

Porque todo fue miel de rosas y ahora era solo un ácido limón.

—Mexique... —sus manos le temblaban—, espera —su voz no tenía potencia.

—No me estés chingado, desgraciado.

—Por favor, escúchame.

—A la verga todo —sentía sus ojos arder—. Ni creas que soy tu pendejo.

—¡Él me buscó!

—¡Y tú bien que le respondiste, culero! —volvió a empujarlo con más fuerza—. ¡Quítese a la verga!

—Escucha —Canadá hizo todo lo posible para frenarlo, que se miraran—. Yo solo...

—Sí. Sí —apretó los puños—. Muy bonito que eres, que te persiguen y todo... Pero otro pedo es que les respondas.

—No me pude negar... ¡Lo siento!

—Claro. Claro. Y a mí que me tengan de cornudo.

—Mexique, solo fui a arreglar las cosas.

Pero México no quería escuchar, porque él vio como Lituania andaba de meloso con su novio... Y su novio le respondía a los cariños.

—Mexique, por favor.

Pero tanta fue su rabia que devolvió esa súplica con un golpe a puño cerrado, mandando todo el cuidado al demonio, y sintiendo su carne arder al partirle el labio y tal vez la nariz al que fue su amado maplecito.

Qué bien se sintió.

Y dio otro para rematar y cobrarse la humillación. Porque... Lo que menos soportaba eran las mentiras y la traición.

Chiquis [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora