—¡Lo mataste!
Entonces gritó con pánico y horror. En realidad, ambos lo hicieron.
Porque lo mataron.
Mataron al conejito de felpa de USA.
—No fue mi culpa.
—Tú lo sostuviste primero.
—Tú no me lo querías dar.
—¡Querías pintarle un bigote!
—Uno mexicano, chingada madre. ¡Le iba a quedar chingón!
—Ay no —Canadá jadeó mientras tomaba en una de sus manos la cabeza del peluche y en la otra el cuerpo—. Ame lo quería mucho.
—Le compraremos otro —bufó sin preocuparse.
—No lo entiendes —respiró agitado—. ¡Es el primer regalo de su crush! Ame está obsesionado con él... —sintió un escalofrío—. Mataría por él...
—Exageras.—En realidad no —Canadá se encogió de hombros—. Es de familia.
Se quedaron en silencio un momento, mirándose fijamente, procesando lo dicho.
—¿Qué?
—Papá aún preserva el primer regalo de mi mamá en un estante de cristal —Canadá rio al recordarlo—. Tiene extrema seguridad, sensores infrarrojos, y...
—Maple... me estás diciendo que...
Canadá se tensó, porque había revelado una cualidad muy penosa de su familia. Se le olvidó momentáneamente el pánico por el conejito de USA, y se dio media vuelta para evitar el tema.
—Mira qué bonito día.
—¿Cuál es tu tesoro?
—Tal vez deberíamos salir a cenar.
—¿También tienes uno? —México sujetó el brazo de su maplecito—. ¿Cuál es?
Canadá rio de forma nerviosa, desviando la mirada, aferrándose desesperadamente a las partes del conejito destrozado, queriendo que llegara USA o quien fuera para que no lo obligaran a hablar.
Y sí, llegó.
Y no fue bonito.
Canadá hablaba en serio cuando dijo que USA adoraba a ese conejo que mantenía sobre un cojín de seda blanca sobre un estante especial.
No fue fácil calmarlo, solo una persona lo logró, porque, al fin y al cabo, ya había lidiado con eso antes.
—¡Listo! —Francia sonrió al dar la última puntada para revivir al conejito—. ¡Como nuevo!
—Dámelo. Dámelo. Dámelo —rogaba USA junto a la francesa.
—Debes cuidarlo mejor.
—Gracias, gracias, gracias —repetía de forma histérica mientras estrujaba el peluche contra su mejilla, a la vez que abrazaba la cintura de Francia.
—Ustedes no cambian.
Entonces México vio su oportunidad y se acercó a Francia cuando USA empezó a dar vueltas por el cuarto mientras veía a su peluchito reparado. Como sea, iba a averiguar cuál era el tesoro de su maplecito.
—Suegrita, ¿le puedo hacer una pregunta?
—Él también mataría por ti o por el regalo que tiene como su tesoro —rio divertida, con el tiempo superó la anormalidad de sus hijos.
—Pero ¿qué es?
—No te lo voy a decir —sonrió—, es mejor que no sepas qué es.
—Suegris —reclamó como un niño—, por fis.
Pero Francia no dijo nada.
Notas finales:
¿Cuál creen que sea el tesoro de nuestro bb Canadá?
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Chiquis [México x Canadá]
FanficReunión de pequeños drabbles de la pareja CanMex (Canadá x México) del fandom CountryHumans.