Chiquis [México x Canadá]

66.

Era una locura, y Canadá no sabía de dónde nació aquella discusión, pero no era ni sería la última vez que pasara.

—¡Dame un hijo!

—¡No voy a hacerlo!

—¡Juro que los voy a cuidar! —perseguía a Canadá por la sala—. A los dos, a ti, y al chamaquito.

—Pero si sigues perdiendo tu celular en el cuarto —se detuvo para mirarlo—. ¡En nuestro pequeño cuarto!

—Es diferente.

—No lo es.

—¡No perdería a un niño!

Canadá apretó los labios, porque esa serie de palabras fue la más grande mentira de su novio. ¡Por dios! ¡Cómo no recordaba el suceso de hace tres días!

—¡Perdiste a Ecuador en el OXXO! —apretó los puños.

—Pero no es un niño.

—Pero es extranjero —respiró profundo—, y se suponía le estabas dando un tour en tu país. ¡Y se te olvidó que iba contigo!

—No fue para tanto —bufó.

—Nos llamó la policía y nos regañó por ser malos padres.

Como olvidarlo, tuvo que soportar el regaño porque México no quiso hacerse cargo y le pasó la llamada. Además, cuando fueron por él, Ecuador fingía llorar para ponerle más dramatismo al asunto.

—Ese pendejo nos hizo ver como los malos, se merecía unos putazos, pero no me dejaste, maple.

—Se quiso desquitar de ti.

—¡Solo quería reírse de nosotros!

Bueno, eso podría ser verdad, porque Ecuador fue quien dio el contacto y se inventó la historia de ser su hijo recién llegado del extranjero..., además que se burló de ellos mientras le contaba todo a USA.

¡Pero el asunto era que México fue irresponsable!

—No tendremos un hijo.

—¡Quiero un hijito tuyo y mío!

—¡No!