Demian.
—¿Qué putas tienes en la cabeza? ¿Mierda? —dijo él con una voz gruesa.
—Oye disculpa... —intenté decir, pero me interrumpió.
—Fíjate por donde caminas enano —E ingresó al aula de clase dando un portazo, cuando intentaba entrar en el aula detrás de él y volví a caer en el piso.
Mis amigos corrieron a ayudarme para levantarme del suelo y entre susurros me preguntaban si me encontraba bien y si conocía al tipo con el que me había chocado. Era obvio que no me encontraba bien, un tipo al que ni siquiera he visto en toda mi vida acaba de humillarme de la peor manera.
—D, —así me dicen mis amigos y familia— ¿Conoces a ese tipo? —preguntó Ámbar con un ligero tono de fastidio en la voz—, te habló como si llevaran años conociéndose y como si tú fueras su peor enemigo.
—Te juro que no conozco a ese retrasado Am —dije con sinceridad—, no sé de dónde habrá salido un estúpido de ese tamaño —explotamos en risas con mis amigos, por la ocurrencia que había dicho.
—Ven, te ayudo a levantar del suelo —dijo Carlos— pero tu dignidad la recoges tu solito, por qué ni yo mismo sé dónde fue a parar.
Entramos al aula y detrás de nosotros ingresó el profesor de legislación, la peor materia de todo el semestre, la más complicada y justo con el profesor más estricto de toda la facultad.
El decano de la facultad de derecho tenía ese cargo por más de diez años y era famoso por su criterio y la exigencia que imponía a todos los que ingresaban a esta carrera. El decano Roberts, tenía la muy mala fama de expulsar alumnos si no eran de su agrado, a la menor oportunidad encontraba la excusa perfecta para que abandonaran la universidad.
—Jóvenes para empezar con este curso, realizaremos un trabajo en parejas —dijo el decano.
En ese momento me gire a ver a mis compañeros para decidir cómo lo haríamos y con quien haríamos equipo, justo en ese momento escucho que el profesor pronuncia mi apellido
—Rodríguez como usted es de los más destacados alumnos de la facultad, le pediré que haga equipo con el señor González —dijo señalando al tipo con el que me había chocado afuera, justo antes de ingresar al aula.
—Profesor disculpe, pero ya tenía pensado con quien hacer el trabajo —me excusé ante el profesor.
—Rodríguez por favor acérquese a mi escritorio —Pidió el decano.
Mientras me acercaba hasta el escritorio del decano, estaba ideando en mi cabeza todas las posibles excusas creíbles que tenía para poder rechazar la petición, todos sabíamos que cuando él quería algo lo conseguía sin importar el que. Pero me haría de rogar.
—Considere esto como un favor personal para conmigo —comenzó el decano cuando ya estaba frente a su escritorio—. Tengo entendido que el bufete de abogados donde estaba realizando sus prácticas el semestre anterior, ya no se puede permitir un ayudante legal —sabía de los alcances del decano, pero yo aún no había informado que tenía que cambiar mi sitio para hacer las prácticas, eso me sorprendió mucho—, justo en mi empresa estamos buscando una persona para el cargo, ayúdeme con esto y lo recomendaré con mis socios para el puesto.
—Pero profesor, yo no puedo —comencé a decir, pero el profesor me interrumpió.
Que manía la que les dio hoy a todos, tener que interrumpirme mientras estoy hablando, me estaba dando dolor de cabeza.
—Vea Rodríguez, le permitiré que lo medite hasta el final de la clase —propuso él—, además, usted es uno de mis mejores estudiantes en toda la facultad, y mi empresa sería un enorme trampolín para su carrera —explicaba de manera convincente el profesor— solo piénselo por el resto de la clase.
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Me and My Broken Heart.
Romance¿Como se puede definir el amor? Y ¿el desamor? Demian es un hombre de familia que fue criado con los mejores valores y con las más altas espectativas frente a la sociedad y lo que él podía hacer para servirle al resto de mundo. Siempre ha querido se...