52. Fondo Profundo.

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Carlos.

Después de la fiesta de cumpleaños de Demian, Aisha y yo hemos salido varias veces y todo ha ido muy bien entre nosotros, tanto que puedo decir que es mi novia delante de todos mis amigos y conocidos.

Realmente no habíamos formalizado nada, no por falta de querer por parte mía, solo salíamos y éramos exclusivos el uno con el otro, bueno puedo decir que yo era exclusivo con ella de parte de ella no lo sé, aunque, nunca me dio muestras de lo contrario.

Aisha era una mujer fascinante y me llenaba en todos los aspectos de la vida, era romántica, cariñosa, un tanto posesiva, celosa en la medida justa, muy comprensiva conmigo y mis problemas.

La única queja que puedo tener de ella es que no es muy abierta conmigo, se reserva muchas cosas sobre su vida, su familia y sus seres queridos, eso me deja un poco molesto, es como si ella no tuviera confianza para decirme lo que pasa en su vida diaria.

Eso me frustra mucho y me deja muy pensativo ¿No tiene confianza en mí? Acaso ¿no he demostrado ser una persona digna de su confianza? ¿Por qué ese distanciamiento?

Los únicos momentos en los que siento que se está abriendo un poco conmigo es cuando vamos al parque y nos acostamos sobre la mesa de picnic, la misma de la primera vez que me llevó a ese parque, y enciende su cigarro de marihuana; después de algunas caladas, su semblante se relaja y su postura de guerrera cambia por la de una persona más humana, menos indestructible.

Es en ese momento en el que empezamos a hablar, y ella me tiende el cigarro, y no voy a decir que lo rechazo porque después de unas cuantas veces probándolo, ya le he cogido el gusto a fumar, sé que está mal visto, pero poco o nada me importa por el efecto que causa en mí.

Cuando fumo me siento más relajado, es como si estuviera flotando sobre una nube de algodón, y todos los problemas de la vida fueran nimiedades comparados, con lo cómodo que me siento en esos momentos de intimidad con Aisha, por qué sí, debo de decir que para mí son momentos íntimos.

Es en esos pequeños momentos en los que he logrado descubrir algunas cosas de mí, aun no, novia oficial; ella se deja llevar por la conversación y me muestra un poco más de su preciosa alma.

Fue en una de esas tantas noches recostados sobre la mesa de picnic, donde ella me hablo sobre su familia y lo que había pasado para que su relación se hubiera deteriorado tanto.

—Tenía un hermano menor —dijo ella esa noche.

—¿Tenias? —no entendía por qué lo decía en pasado— Querrás decir que tienes ¿No?

—No —y una lagrima solitaria rodó por su mejilla—. Tenía.

—¿Qué pasó con él?

—Murió —y soltó un sollozo que destrozó mi corazón.

—Lo siento tanto, Aisha —y pasé un brazo por encima de sus hombros.

—No tienes por qué sentirlo —dijo ella, mientras se reclinaba contra mi pecho— ni siquiera lo conociste.

—Tienes razón —reconocí—, pero si te conozco a ti y me apena que hayas tenido que pasar por esa situación.

—Gracias niño —y me abrazó por la cintura— mi hermano murió de una sobredosis —dijo mientras me apretaba con sus dos manos.

—No tienes por qué contarme nada —le dije para evitar que esos recuerdos la atormentaran.

—Quiero contarte —dijo ella— es algo que quiero compartir contigo.

—Está bien —me rendí— si es lo que quieres, te escucharé.

—Gracias.

Aisha tuvo un hermano menor por seis años que ella. Él era la adoración de la familia y la luz de los ojos de sus padres, ellos siempre habían querido tener otro hijo, pero la vida no se los había querido dar, a pesar de que lo habían estado intentando por varios años.

Me and My Broken Heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora