Me and My Broken Heart.

71. Te amaré por siempre.

Demian.

Comencé a caminar mucho más rápido y salí del lugar rumbo a cualquier lugar lejos del restaurante. Justo cuando el aire de la calle me dio en toda la cara, una lagrima solitaria rodó por mi mejilla.

La limpie con algo de violencia y mentalmente me recriminé por ser tan patéticamente débil. Era cierto que él y yo no éramos nada, pero él me estaba cortejando, por decirlo de alguna forma, y en ese momento él se olvidó de todo, solo para estar con una hermosa mujer, y con la ayuda de su hermano, que hasta hace unos días era mi amigo.

Me sentía traicionado, abandonado y muy herido, en mi cabeza no encontraba razón alguna para que todo eso estuviera sucediendo, no creía ser merecedor de ese trato, de esa traición por parte de los dos hermanos.

Además, estaba furioso, pero no con ellos, si no conmigo mismo, por permitir que todos esos sentimientos crecieran dentro de mí, nadie más que yo era el culpable de todo lo que estaba sintiendo, y siendo honesto conmigo mismo, no podía culparlos de nada de esto.

Al salir del hotel, comencé a caminar por las calles de la ciudad, sin tener rumbo alguno y con muchas cosas en la cabeza, tomé mi celular, ignoré las llamadas perdidas y mi anterior decisión de llamar para averiguar quién era la persona que estaba llamando y que era lo que quería, también hice caso omiso de todos los mensajes que tenía en las aplicaciones de chat y en mis redes sociales, algunos de esos mensajes de mis hermanos o mis cuñados.

Busqué dentro de los correos, sobre el caso, que me había enviado Kyle, los números telefónicos de Max, del señor Jhonson y de la secretaria para llamarlos y agendar con ellos las nuevas citas para el siguiente día, y siguiendo las ordenes de Kyle, reuní en un solo paquete toda la documentación y las notas que tenía sobre el caso y se las envié por correo, más tarde al regresar al hotel le llevaría todos esos mismos documentos en físico.

Habiendo solucionado todo lo referente al caso y a las órdenes de mi "querido mentor", decidí apagar mi teléfono y caminar por mucho tiempo por las calles de la hermosa ciudad. A lo lejos podía ver el emblemático letrero, que señalaba la presencia de la fama en esa ciudad, y decidí caminar hasta el, obviamente no llegaría, pero tenía aproximadamente dos o tres horas para hacer todo lo que se me ocurriera, sin que nadie me molestara o me interrumpiera en nada de lo que estaba haciendo.

Tenía el teléfono de la oficina en el bolsillo de mi pantalón y sí alguien me necesitaba podía comunicarse a ese número, aunque en todo el rato que llevaba caminando, ese aparato no había sonado.

Así que estaba en una de las ciudades más ruidosas del mundo, no tenía rumbo fijo y tenía mucho tiempo, pero nada de lo que veía o escuchaba lograba sacar las imágenes del desayuno que tuve que soportar, sobre todo tener que ver a Kaleb más que feliz por encontrarse con esa chica, me llenaba de una profunda tristeza y una melancolía impresionante, sin contar con la ira que por momentos iba creciendo dentro de mí.

Cerca del mediodía, el hambre empezó a atacarme y decidí buscar algún lugar en el que poder comer algo, para retomar algo de energías y seguir con mi paseo, que no era paseo, por la ciudad. En un pequeño parque, del que ni siquiera supe el nombre, encontré un pequeño restaurante con algunas mesas en el exterior del mismo y bajo la sombra de unos grandes árboles que adornaban toda la zona.

Un camarero joven y de una linda sonrisa, me ofreció la carta y sin haber sido solicitado dio sus recomendaciones y opiniones sobre algunos platos que tenían en venta en ese lugar.

—¿Sabes qué? —le dije al final—, traeme lo que tú quieras.

—¿Está seguro, señor?

—Por supuesto que estoy seguro —le respondí—, si logras que me guste lo que me traigas te voy a dar el mismo valor del plato en propinas para ti.