Me and My Broken Heart.

57. Ultimátum.

Carlos

—¿Dónde se supone que estás? —la voz de Aisha retumbaba en mis oídos.

Desde el paseo en coche con Ámbar y Luisa, han pasado muchas cosas, algunas no tan buenas, otras puedo decir que muy buenas.

La relación con Aisha cada día mejora más y eso me hace sentir muy bien. Esa chica es el amor de mi vida, casi que puedo jurarlo, no quiero perderla, pero como en todas las cosas de la vida, no todo es tan bonito.

Por alguna extraña razón, detesta a mis amigos, a mi familia, a mis compañeros de la universidad, incluso ha hecho escenas de celos por que atiendo a alguien en la librería y me demoro mas de lo que ella considera "necesario".

Todo esto con ella me estaba empezando a traer problemas con todas las personas que tengo alrededor y a las que amo y estimo, pero es que no sé qué hacer, Aisha es todo lo que he pedido y un poco más y siento que si la contradigo o me enfrento a ella, se va a alejar de mi y me va dejar de querer y acabará por terminar con nuestra relación.

Tengo miedo de perderla, es la primera mujer que llega a mi vida y se convierte en alguien tan importante, que a veces creo que no podré respirar con normalidad si ella se aleja de mí, suena un poco exagerado, lo sé, pero es que me siento tan profundamente enamorado de ella y sé que ella también lo está de mí.

Otro de los cambios más notorios en mi vida, es que he empezado a salir mucho más, Aisha me ha obligado a ir a fiestas, reuniones, conciertos, incluso en días de clase y no le vería problema, pero es que en todas esas fiestas termino bebiendo más de la cuenta, además de que estoy tomando por costumbre fumar hierva a casi cualquier hora.

La sensación del humo en mis pulmones y su posterior efecto me están controlando un poco, lo tengo todo bajo control, no soy un drogadicto.

Recuerdo que, a principio de la semana pasada, creo que fue de la semana pasada, no estoy seguro, iba de camino a clases y Aisha se me cruzó en el camino y me invitó a ir con ella al bosque del campus.

—Aisha, no puedo, tengo que ir a clases —le dije mientras ella me tomaba del brazo y me halaba detrás de ella.

—No nos vamos a demorar mucho tiempo.

—¿Lo prometes?

—Claro que lo prometo, bonito —dijo ella melosa— ¿Cuándo te he dicho mentiras?

Iba a responder a eso, pero fui interrumpido por ella.

—Mejor no respondas a eso —y comenzó a reír como una loca.

—Si tú lo dices. —le seguí la corriente—. ¿Qué se supone que vamos a hacer en el bosque?

Me miró de forma muy picara y sonrió aún más grande que la primera vez.

—Eso lo tendrás que descubrir tú —me soltó la mano y salió corriendo rumbo al lugar, no me quedó de otra que salir detrás de ella con la esperanza de que tendría sexo esa mañana.

AL alcanzarla ella me tomó de la mano y seguimos caminando hasta que nos empezamos a adentrar en el bosque, unos metros más adelante había un claro en el bosque y así allí es donde ella me llevaba.

No era raro ver a otras personas por esta zona del bosque, parejas teniendo sexos y grupos de chicos drogándose, en nuestro camino nos encontramos con varios de los "amigos" de Aisha, a los que ella saludó con un movimiento de la cabeza.

Cuando ya estaba a punto de quejarme nuevamente, ella se detuvo y sacó de su bolsillo una bolsita con unas pastillas de muchos colores, yo ya las había probado, pero cuando estábamos de fiesta, era una sensación de euforia difícil de describir, una energía incontrolable y un apetito sexual increíble.