Demian.
Tomamos una vía que conducía a las afueras de la ciudad, empecé a preocuparme de que Kaleb pensara hacerme algo. No habíamos iniciado con el pie derecho nuestra "relación" y quizás fuera rencoroso o vengativo y quisiera jugarme una broma de mal gusto, como dejarme en algún lugar alejado para que tuviera que volver caminando a casa.
Justo cuando estaba pensando en volver a decirle que parara el auto, ingresó por una vereda que llevaba a un portón que se veía bastante cuidado y muy bonito.
—¿Que hacemos por aquí? —pregunté de forma inocente—. ¿Dónde estamos?
—¿Acaso no te dije que vendríamos a un lugar donde podríamos empezar en el trabajo de legislación? —respondió con mucha naturalidad.
—Y es que vamos a hacer el trabajo en el bosque o qué, no veo ningún lugar habitado por aquí —respondí.
—No desesperes imbécil que ya casi llegamos a mi casa —dijo grosero.
—No tienes por qué llamarme así, ¿acaso no te enseñaron modales en tu casa? —me defendí.
—Por supuesto que me enseñaron, pero son para utilizarlos con personas, no con la basura —dijo de forma insultante.
Me quedé en silencio, para no seguir recibiendo malas palabras de Kaleb, aún sigo sin comprender por qué se porta como un cavernícola conmigo, ni siquiera lo conozco, no tengo la menor idea de quién es, aunque sus rasgos faciales se me hacen un poco conocidos, no logro saber de dónde, pero algo en él me resulta familiar.
Decidí preguntarle directamente para intentar sacar de mi cabeza esa duda.
—Kaleb, ¿te conozco de algún lugar? tu rostro se me hace conocido, pero no te ubico de ningún lado, además eres nuevo en la U.
—Tú no tienes la fortuna de conocerme —dijo muy creído de sí mismo— quizás me estas confundiendo con alguien más.
—Quizás...
Me quedé demasiado pensativo, era muy raro que me estuviera pasando eso, creer que he visto algo o alguien en un lugar, pero por más que busco en mi mente no logro dar con ese momento, pero así me sentía en aquel momento, como si justo cuando ya estuviera a punto de recordarlo, se me escapara de las manos. Eso me hacía sentir impotente y frustrado.
Y para completar toda la escena, mi acompañante era un bruto tarado, que no lograba conectar dos palabras seguidas, sin antes meter en medio un insulto o un improperio contra mí, eso era algo sexy en algunos casos, por ejemplo, si nos conociéramos de antes y la relación de amistad fuera un poco más sólida, o si en medio de toda esa basura incluyera algún gesto lindo, decente o tierno, pero en este caso Kaleb no contaba con nada de eso.
—Hemos llegado —me despertó de mis pensamientos Kaleb, señalando a una casa inmensa.
—¿Dónde estamos? —pregunté intrigado
—Estamos en mi casa, no es que a ti te importe de todas formas —respondió Kaleb— puedes bajar del auto.
Bajé del auto y me encontré parado al frente de una enorme casa de paredes blancas, y en algunas secciones de cristal puro, con un gran jardín al frente, parecía una casa salida de una película, tenía unos techos altos y de un color rojizo muy bonito, por las paredes de cristal se podía observar que era muy amplia y que los muros de dentro de la casa también estaban pintados de un blanco puro y tenían un mobiliario bastante elegante. en definitiva, parecía una casa sacada de una revista de decoración.
Mi casa no es pequeña, tampoco es fea, pero comparada con esta casa, la mía parecía la de un mendigo, mientras observaba toda la casa, Kaleb iba entrando por la puerta principal y escuche que saludaba a alguien dentro de la casa. Cuando se giró para ver si yo lo seguía y al no verme detrás de él dibujó en su rostro una mueca de desprecio y lo escuché gritar.

ESTÁS LEYENDO
Me and My Broken Heart.
Romansa¿Como se puede definir el amor? Y ¿el desamor? Demian es un hombre de familia que fue criado con los mejores valores y con las más altas espectativas frente a la sociedad y lo que él podía hacer para servirle al resto de mundo. Siempre ha querido se...