Kaleb.
Este capítulo contiene contenido +18.
Era muy temprano en la mañana y ya estaba en el campus de la universidad, me dirigía a la biblioteca. En el pecho tenía la sensación de que me faltaba algo, pero por más de que lo analizara no recordaba que era eso tan importante. Solo estaba seguro de que lo necesitaba con urgencia.
Por alguna razón, había decidido ir con un pantalón muy ajustado, que no dejaba mucho a la imaginación y una camiseta de basquetbol que me quedaba bastante pegada al cuerpo, nunca me colocaba ese tipo de prendas, no entendía por qué las había elegido en ese día y la verdad me tenía sin cuidado que la gente me mirara como si fuera un pedazo de carne en una parrilla. Tenía un cuerpo muy bien trabajado y no me avergonzaba de él. La opinión de las personas a mi alrededor no tenía ni tendrán ninguna importancia para mí.
Mientras iba caminando mi cabeza giraba en todas las direcciones. Sabía que estaba buscando algo o a alguien, pero en mi cabeza no se formaba la idea sobre que o quien era el objeto de mi búsqueda.
Solo tenía la imperiosa necesidad de encontrarlo. Estaba por completo seguro de que "eso" me llenaría de felicidad y paz, mucho más de la que tuve en todos mis años con Sofia.
Mis pasos eran apresurados casi frenéticos y mi vista se volvía cada vez más errática con cada paso que daban mis pies. Mi objetivo no se encontraba por ningún lugar y la sombra de un temor se estaba instalando en mi pecho.
Después de unos minutos llegué hasta el edificio en el que habían instalado la biblioteca de la facultad. Al abrir la puerta me llevé una decepción, no lo veía sentado en ninguna de las mesas.
Comencé a caminar por en medio de las estanterías de libros, quizás estuviera por allí, buscando algún libro. Mi mente elaboraba todas las teorías posibles, intentando no darme por vencido y que el corazón se me rompiera.
Recorrí toda la biblioteca, sin dejar ni un solo rincón en el que buscar y al no hallar ni una sola prueba de que estuviera en la habitación, un dolor punzante apareció en mi pecho. Me encaminé a la salida, con la cabeza gacha y con mis ilusiones destrozadas.
Tomé la manija de la puerta de la biblioteca y la abrí con algo más de fuerza de la que pretendía, ganándome un gruñido de la bibliotecaria de turno y miradas de asombro de algunos de los que estaban por allí.
Dejé que se cerrara con un poco más de fuerza, haciendo que el eco resonara por todo el pasillo y sabía que dentro de la habitación debía de haber sonado un poco más duro. Me imaginé la cara de disgusto de todos los que estaban dentro, solo me encogí de hombros y comencé a caminar lejos de ese lugar.
El pasillo estaba desierto, pero se escuchaban conversaciones provenientes de los jardines y las habitaciones que lo rodeaban. Supuse que algunas personas estaban en clase, mientras que otras solo estaban tomando el sol.
Pensaba en ir a la cafetería y sentarme en una de las mesas más alejadas de todo el ruido, quedarme allí durante todo el tiempo que faltaba para mis clases, sin hablar con nadie o interesarme en algún otro ser humano que estuviera pululando por allí.
Al girar en una esquina del pasillo, choqué con un par de personas que estaban paradas allí y por poco casi caigo al suelo.
—Disculpa —susurré sin siquiera mirar en su dirección.
—No hay problema —respondió una voz.
Caminé unos pocos pasos alejándome del sitio, hasta que algo dentro de mi cerebro se accionó. Volví a escuchar la voz, pero esta vez no se dirigía a mí y la asocié con un rostro y un nombre.
ESTÁS LEYENDO
Me and My Broken Heart.
Romance¿Como se puede definir el amor? Y ¿el desamor? Demian es un hombre de familia que fue criado con los mejores valores y con las más altas espectativas frente a la sociedad y lo que él podía hacer para servirle al resto de mundo. Siempre ha querido se...