10

2.7K 153 11
                                    

MARCOS P.O.V.

La vi cuando salió de su casa, lucia tan hermosa, esa falda le hace resaltar sus caderas.

-Marcos no mames, estoy aquí contigo.- Me regaño Paola, se veía molesta.

-¿Por que?.- pregunté haciéndome el tonto

-No te hagas, la estás viendo, te la estás comiendo con la mirada, no se vale yo soy tu.....- la interrumpí.

-Tú no eres mi nada más que mi amiga, nunca te he dado motivos para que pienses que somos otra cosa, que salgamos en boda y echemos desmadre no quiere decir nada.- dije callándola y arrancando el carro.

No me gustaba que me celaran y menos personas que no eran nada mío, en ningún momento yo le dije que fuéramos algo, se que ella ya está acostumbrada a esas cosas se le nota.

Ignore su cara de perro que se cargaba y baje del coche, seguí a mi hermano hacia adentro y buscamos una mesa un poco alejada del centro para no tener tanto relajo, casi no venía a este tipo de lugares pero la ocasión lo ameritaba.

Me senté en un sillón que estaba alrededor y Kevin me siguió, los hermanos de Isabela empezaron a preparar las bebidas y repartieron.
Mire a mi alrededor y la vi bailando junto a Chiquete, a ese verga le encantaba el baile, "su canción sonó" y se volvió loca, se movió de una manera en la que yo en mi perra vida me imaginé que supiera moverse.

-Te la van a ganar si sigues chingando.- me dijo Kevin sirviéndose otro trago.

-¿De que hablas?.- dije sin entender.

-Verga no te hagas pendejo, sabes que te gusta, te le quedas viendo todo el tiempo, si no te pones pilas te la van a bajar.

-Estás loco wey.-Tal vez tenía razón, ignoré a Paola que me hablaba cuando me puse de pie.
Camine hacia ella, pero alguien le llego por atrás, tocándole su hombro.
Me quede parado como estupido. Ellos se pusieron a platicar y yo volví a tomar asiento.

Paola me dijo algo que no logré entender y se fue.
Como ya es tradición Isabela empezó a repartir shots directamente de la botella, era una canija la hija de la chingada.

Llego un momento de la noche en la que me quede solo, sentado en el sillón.

-¿Y tú novia?.- me preguntó Isabela sentándose al lado mío.

-No es mi novia.- dije guardando mi celular, ella se sorprendió al escuchar mi respuesta.- ¿Y tú novio?

-No es mi novio, parece que le gusta más el chiquete.- Reímos viendo cómo el muchacho le perreaba al chiquete.

Se quedó sentada conmigo, supongo que descansando por que hoy si barrio el piso.

Tiro su cabeza hacia atrás posándola en el respaldo del sillón.

-TENGO HAMBRE! .- se quejó.

-Vamos a cenar.- Le invite.

-No como crees, estamos festejando y ellos  aún no terminan la fiesta.- miro hacia los demás.

-Ahorita regresamos, yo también tengo hambre.- me puse de pie y le tendí la mano, la cual ella tomó sonriendo.

La dirigí hacia la salida y subimos en mi carro.

-¿Como de que tienes ganas?.- pregunté.

-Ay no se pero me muero de hambre, podría comer me aquel perro sin pensarlo.- apuntó hacia el perro.

-Vamos a alejarte del perro y a buscar algún puesto de tacos.- dije bromeando.

Encontramos uno no muy lejos del antro, le dije que esperara adentro del coche y yo iría por la comida.

Regrese con dos refrescos y una orden para cada quien.

—Ay por dios, es lo más delicioso que he probado en mi vida.- Gimió. Isabela si superas lo que causas en mi, yo que tú no haría eso.

Se notaba que estaba un poco borracha por que arrastraba las palabras al hablar. Era muy gracioso verla así.

Cuando termino de comer, maneje de regreso al Classico, sus hermanos venían saliendo junto al mío y mis amigos.

Les dije que me llevaría a Isabela y ellos asintieron. Voltee a verla para avisarle y la vi dormida.

Maneje despacio, no había tomado mucho pero es mejor tomar precauciones.

Recibí una llamada de Paola, perra vieja, se me había olvidado.
Conteste sin ánimos.

Llamada telefónica...

-Marcos donde estas?... no te veo.

-Voy para mi casa.

-Wey no mames, ahora como me voy a regresar con mi tía.

-Pide un Uber.

-Véte a la Chingada.- dijo enojada y colgó.

Llegamos a la casa y al parecer todos querían seguir la fiesta, sus hermanos no estaban en condiciones de subir a Isabela a su recámara.
Asi que me anime y la cargue.

Al momento de sentirla cerca, una corriente eléctrica apareció por todas partes.

Subí las escaleras con mucho cuidado intentando pensar en la bíblia o otra cosa y no en las perversiones que tenía.
La dejé arriba de su cama acomodando unos cojines y salí en silencio.

Me despedí de los muchachos y subí a darme una ducha fría, lo necesitaba.

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora