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Me levante temprano y busque ropa que ponerme, decidí arreglarme un poco y ponerle empeño a mi imagen para que viera Eduardo de lo que se había perdido por estúpido. 

Le mande mensaje cuando apenas faltaban veinte minutos para mi hora de entrada, el contesto enseguida diciendo que me esperaba afuera, salí de la casa y lo salude, subimos al coche y como el maneja como loco en cinco minutos estábamos en la puerta de la escuela. 

-Eres bien atrabancado Eduardo.- Le dije seria.- Debes de tener cuidado no vienes solo. 

-Ay corazón ya pareces el chiquete.- Me iba a bajar del carro y el me lo impidió jalandome del brazo.- Te vez preciosa, te veo mas tardecita, Te amo.- Dijo lo ultimo dejándome en shock. 

Entre al Jardín casi ignorando a todo mundo, no podía creer lo que Eduardo me había dicho, camine por el pasillo y entre a mi aula, aun no había nadie pero no tardaban en llegar los niños. 

Acomode todas las sillas y limpie sus mesitas de trabajo, saque las acuarelas y recorte pedazos de manta para poder trabajar y cuando los niños llegaron ya tenia todo listo. 

El día se me paso rápido con todas las ocurrencias de los niños, cuando el timbre sonó e indico la hora de salida, entregue cada niño a su mamá y recogí mis cosas rápido despidiéndome con la mano de mis amigos. 

Cuando salí Eduardo ya estaba afuera, su carro color amarillo resaltaba entre todos los demás y eso le hacia que llamara la atención. 

Le salude con una sonrisa y el corrió rápido a abrirme la puerta del coche, reí en mis adentros, quien lo viera. 

Paseamos un rato por la ciudad antes de que nos diera hambre, compramos helado y alguna que otra chuchera que se nos atravesaba. 

La tarde iba de lo mejor, pero no quería ilusionarme otra vez tan rápido, después me quedaba llorando nuevamente.

Después de comer fuimos a caminar por el malecón. 

-Mis papás están organizando un viaje a Cancún en dos semanas, ya vez que hay puente.- Comento el y centre mi atención en sus gestos y en como pasaba su lengua por sus labios.- Obviamente vamos a invitar a tus hermanos pero yo quería invitarte a ti personalmente, ira la mayoría de la familia y no se si el Chiquete quiera ir.- Explico. 

-Gracias por tomarme en cuenta.- Le sonreí agradecida.- Aunque creo que tendré que declinar la oferta, por mi parte quede muy gastada por el viaje a Houston y no quiero depender de mis hermanos.- Dije triste pero era la verdad, había gastado todos mis ahorros en el viaje y en ropa que ahora su andaba arrastrando la cobija. 

-Eso no es problema Isa y lo sabes, ustedes nos invitaron a las vacaciones pasadas con todo pagado, es nuestro turno.- Dijo el decidido. 

-No puedo aceptar eso.- Le dije seria. 

-Pues lo harás, es nuestra forma de agradecer.- Dijo el.- Así que ve empacando por que en dos semanas nos vamos a Cancún.- Dijo riendo y yo reí con el.

Llegamos a casa después de un rato mas y nos despedimos nuevamente diciendo el la palabra "Te amo" y cada vez que la decía se quedaba clavada en mi corazón. 

Subí a mi habitación cerrando todas las puertas y ventanas a mi paso pues estaba sola. 

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Las dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, de un momento a otro yo ya me encontraba empacando todos los trajes de baños y vestidos que encontraba a mi paso aunque solo íbamos por cuatro días. 

Mis hermanos habían aceptado sin rechistar, les encantaba el mitote aunque mi papá dijo que no por que Amanda tenia embarazo de Alto riesgo, pues tenia tres meses y ya había tenido amenaza de aborto. 

Estaba empacando lo ultimo en las maletas bajo la atenta mirada de todos mis hermanos, pero si ya saben como soy por que no me ayudan. 

Bajamos casi corriendo con todas las maletas, los Castro ya habían pedido una camioneta que nos llevaría al Aeropuerto, salude a todos y me posicione al lado de Eduardo, nuestra relación ya había mejorado y podía decir que estaba pensando en darle una ultima oportunidad. 

El posiciono su mano en  mi espalda baja y me guió hasta los asientos de la camioneta. 

Subimos y detrás de nosotros subieron todos, me encantaba que llevaran a Maria Emilia, era una bebé tan tranquila y le encantaban los brazos de Eduardo.

El viaje al aeropuerto estuvo tranquilo, al llegar bajamos todas las maletas y documentamos para poder abordar el vuelo, al subir al avión cada uno se asiento en el asiento indicado Doña Vero me cambio el asiento dejándome al lado de Eduardo y ella se fue a sentar junto a su esposo. 

La aeromosa dio las indicaciones y momentos después ya nos encontrábamos en el aire. 

Recosté mi cabeza en el pecho de Eduardo y me quede dormida por el resto del viaje, desperté con los pies entumecidos y la nariz super fria.

Bajamos del avión aun de noche pues el vuelo no fue tan largo y tedioso.

Llegamos al hotel y cada uno fue a su habitación, por que si, cada uno tenia una habitación para el solo, muchos lujos como no. 

Ni siquiera pensé en darme un baño, ya mañana podría dármelo, recibí un mensaje de buenas noches departe de Eduardo y le conteste para después quedarme profundamente dormida. 






TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora