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Me tambalee con mi pies y entre a la habitación, recordé como la semana pasada el me había echo suya otra vez.
¿Pero por que? Por que yo había echo un esfuerzo, le había preparado una cena y había dejado a los gemelos con mi suegra.
Y ahora me daba cuenta de la tensión que había sentido cuando estábamos en la cama, hasta este momento me daba cuenta de muchas cosas que por mi estúpida ceguera no vi antes.

Todavía ese día me disculpe por no haberle dedicado más tiempo y estar más pendiente de los niños, le dije "Te amo" pero eso no fue correspondido y no le tome importancia. Salí de el cuarto abrumada por todos los recuerdos y me fui a la sala.

Me senté en el sillón y recordé el día que le dije que estaba embarazada, el solo dijo "Tenemos que casarnos" pero no fue algo romántico, quizás era mi culpa y el no sentía algo fuerte por mi, quizá solo estaba por los niños.

El sonido de la puerta principal abriéndose me despertó a la realidad,  Eduardo apareció con el teléfono en la mano.
El ya lo sabía, por que me miró con lastima y eso solo aumentó mi enojo.
Fue hacia el mini bar que teníamos en casa y se sirvió un trago.

-¿Quieres uno?.- Yo negué lentamente.- Tienes una amiga muy fiel, contacto a Ana para decirle  que estabas mal por que me había delatado.

-Una amiga fiel y un esposo muy infiel.- conteste seca.

-¿Y ahora que?.- Dijo con serenidad.

-Dímelo tú.-  dije con una tranquilidad que hasta me asombré.

-Es una mustia tu amiga.- Mencionó Eduardo.

Tal parece que no iba a negar nada.

-Si ella no hubiera metido las narices en donde no la llamaban podíamos arreglarlo, te lo iba a decir ¡Ya había terminado!.- comentó el.- Ella a estado esperando para que yo metiera un error para apuñalarme por la espalda pero nunca pensé que fuera a caer tan bajo para hacerlo a través de ti.- Mi respuesta fue puro silencio.- Di algo Verga.

-Quiero el divorcio.-  Conteste.

Eso fue lo primero que me vino a la cabeza.

-Tú puedes marcharte y yo me quedaré con la casa y los niños, no creo que tengas dificultades para mantenerlos.- Añadí con tranquilidad.

-¡No seas estúpida, no te daré el divorcio!.- Grito

-No grites, vas a despertar a los niños.

Aquello fue la gota que derramó el vaso, el se sentó en en sofá y puso sus manos en la cabeza, quizás lamentándolo.

-Las cosas... no son como tú crees. Lo que ella te ha echo creer no es así, fue solo por casualidad y te juro que termino antes de empezar.- Mencionó el.- Te juro que no era mi intención, pero tenía mucha presión con las cosas del trabajo y luego con lo de YouTube y tú no estabas ahí, te dedicaste de lleno a los niños y me dejaste a un lado.

—¡Cállate!.- le grite haciendo que el se asustara.- Eso no te daba el derecho de hacerlo.
Me levante con toda la valentía y camine hacia el mini bar tome la botella y le di un trago, tenía que agarrar más valor.

-Se ha acabado, te juro que se ha acabado.- Sus comentarios solo hacían que el coraje que tenía aumentara.

-Quiero el divorcio.- dije como última palabra y camine hacia la habitación de invitados.

Pase a ver a los bebés y ambos dormían, antes de irme pase por el Inter comunicador y sin vacilar me encerré.

Estando sola pude llorar y sollozar, había confiado en el una vez más, teníamos una familia, lo había aceptado con todo y su vida pública sin rechistar ni quejarme y el aún así me había traicionado.

Tome mi celular y busque alguna cuenta de Fans, mi corazón otra vez se volvió a partir, todo mundo se preguntaba sobre la novia de "Markitos Toys" quien era con quien se le había visto en algunos restaurantes y viajes que hacia.
La puerta se abrió y supe quien era.

-Tenemos que arreglado por favor entiende ya se termino.- Suplico.

-¿Cuando terminó?.-Pregunté  con coraje.- ¿Cuando te diste el lujo de volver a hacer el amor conmigo?.

-No, fue mucho ante.- trató de explicar.

-¿Cuantas veces?.- Era algo que necesitaba saber.- ¿Cuantas veces me hiciste el amor después de haberte revolcado con ella?.- Pregunté asqueada.

-No llegue tan lejos Isabela ¡No hice nada con ella! Te amo a ti, te amo, te amo.-  Sus palabras solo hicieron que mi enojo aumentara y todo eso me llevo a darle una bofetada que lo dejo como piedra.

Jamás lo había echo, con nadie, me sorprendió saber que era capaz de enojarme a tal punto de actuar así.

Sin decir nada más camine hacia la habitación de los bebés y me senté en la mecedoras tratando de conciliar el sueño, Jale una pequeña  sabana y  entre los pensamientos me quedé dormida.

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora