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Me sentí muy culpable después de un rato, había dejado a mis hijos solos.
Baje y ahí estaba Eduardo dándole de Comer a Frida y Doña vero con Eduardito, el cuando me vio alzó los brazos a hacia mi reclamando mi atención.

-¿Donde está El Niño más precioso de la tierra?.- Le dije con cariño y lo agarre dándole muchos besos.- ¿Ya se durmió?.- Le pregunté a Eduardo señalando a Frida y el asintió.
Me senté en el sillón de enfrente y recosté a mi niño arrullándolo de un lado a otro hasta que el cerro los ojos quedándose dormido.

-Igualito que el papá, les daba tanta guerra a todos hasta que no llegaba yo el se calmaba.- Dijo mi suegra riendo.- Bueno, yo me voy a seguir a tu papá, Isabela, te quedas en tu casa, cualquier cosa me avisas.-Subió las escaleras y entro a su recámara.

-¿Prefieres quedarte aquí que irte a tu casa?.- Comentó el.

-En mi casa todos los cuartos están ocupados, yo no tengo otra casa.

-No seas necia Isabela, si la tienes, en donde vivimos, sabes perfectamente que es tu casa, tuya y de los niños, no puedes dejarme, estas embarazada ¿Que vas a hacer tú sola?.

-No lo sé Eduardo, estoy segura que me las arreglaré.

-Ay Claro, ya no seas terca, entiendo que ya no me quieres a mi, juro por dios que lo entiendo, yo puedo dormir en otra habitación mientras encuentro algo seguro.- Comentó el.- Ademas, no voy a dejarte sola así, ellos son mis hijos y viene en camino otro.- Comentó y yo solo rodee los ojos.

Tape al bebé y marque el número de Mayve, Ella bajo casi corriendo.

-¿Que vas a hacer te vas a ir?.- Pregunto ella ignorando por completo a su hermano.

-Si, mañana vas por mi porfa, para que me acompañes a hacerme un eco, le dices a tu mamá.

-¿Segura que te quieres ir?.- Me preguntó Mayve.

-Ni que la fuera a golpear, puta madre.- Salió Eduardo con Frida ya en el portabebé.

-Si.- Suspiré cansada.- El mañana se va a buscar otro lugar no se si se vaya a quedar aquí, ya mañana haber qué decide.

-Cualquier cosa me dices y voy por ti.- Me dijo ella y yo me despedí.

Me subí al carro de Eduardo cerrando el mío y sacando las maletas de la cajuela.

Llegamos a la casa y Eduardo dejo a Frida en nuestro cuarto o lo que era nuestro cuarto.

Me acosté con mis dos bebes en la cama king size, no había pegado el ojo ni cinco minutos cuando Frida comenzó a llorar y después Eduardo, pasaron alrededor de quince minutos y no dejaban de llorar, la puerta se abrió dejando ver a Eduardo adormilado.

-¿Que tienen?.- Pregunto el tomando a Frida.

-No se, yo creo que Frida tiene cólicos y Eduardo llora por que la escucha, haber deja busco las gotitas que me dio tu mamá, detén a Eduardo.- Se lo puse en la mano que tenía libre y el de sentó en la cama meciendo a los dos.

Busque en el cajón hasta que las encontré, le di las gotitas, pero no funcionó, le quitamos la ropa, le dimos de comer, pero no funcionó, alrededor de las cuatro de la mañana caímos rendidos, bueno Eduardo estaba en la orilla dormido abrazado de Frida y yo estaba por la cabecera con Eduardo.

Desperté diez y media de la mañana y los niños estaban dormidos, se escuchaba como el agua caía en el baño, el teléfono de la casa sonó, se me hizo raro, casi nadie llamaba.

Conteste sin chistar y la voz aguda de una mujer atravesó la bocina.
"Buenos días" dijo la voz en el teléfono "Estoy tratando de comunicarme con Marco, le estoy hablando a su celular pero no me contesta" algo me decía que debía colgar pero conteste "El está ocupado ¿Quien lo busca?" Pregunté intrigada, "Dígale que llamo Romina, es urgente que se comunique conmigo" en cuanto escuche esas palabras colgué el teléfono, sentí como dagas se clavaban en mi pecho, puro dolor.
Espere a que el saliera del baño.

-¿Que?.- Me dijo al ver que mi mirada era muy intensa.

- Le puedes decir a tu Amante que el meterse contigo no le da derecho alguno de llamar a mi casa.- Le dije molesta.

-¿De que hablas?

-Romina llamó preguntando por ti, se oía tan necesitada, deberías llamarla.

-Oye, yo no tengo idea de lo que me estás diciendo.

-Ella dijo que te estaba llamando a tu celular y que no le contestabas.- El se fijo de inmediato y me enseñó el teléfono con cero llamadas perdidas.-Ella trabaja para mi y primo, quizás algo se le atoro o que se yo.

-No me interesan tus explicaciones, ya tendrás tiempo de darle tu nuevo número cuando te cambies de casa.- Le dije dejándolo callado.

El cambio su gesto de uno preocupado a uno triste, pero no me dejaría llevar por eso.
Se cambió por algo fresco y salió del cuarto.
No oí la puerta por lo que supuse estaba en su estudio o en la sala.
Me levante y me bañe súper rápido antes de que los niños despertaran, me cambie y me arregle un poco.
De igual manera cambie a los niños y aliste su pañalera.
Escuché mi teléfono vibrar  y supe enseguida que mi suegra y cuñada habían llegado.

Baje las escaleras primero con uno  y seguí enseguida por el otro.
Vi como Eduardo se ponía una gorra y Romana su cartera.
-¿A donde vas?.- pregunté.

-Contigo.- Dijo seco.- Es mi hijo, tengo derecho.

Ignore su comentario y salí con los niños subiendo al coche de mi suegra y Eduardo en el de el.

Llegamos enseguida al Hospital y espere mi turno.
Efectivamente, tenía seis semanas de embarazo, el bebé apenas se estaba formando.

Era una bolita pequeña, pero ya lo amaba.

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora