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-Voy a ayudarle a mi mamá a subir las escaleras.- dijo Amanda cuando vio que mi mirada cambió a una seria.

-No lo puedo creer papá.- le dije enojada.

Los papás de Eduardo retrocedieron un poco dándonos espacio supongo.

- Ella es mi pareja Isabela.- dijo nervioso.

-Y yo jamás te negué eso, ninguno de mis hermanos lo hicieron, te dimos tu espacio, respetamos tus desiciones, pero papá ten un poquito de respeto, la casa la construyo junto a ti mi mamá, aún hay fotografías de ella por todos lados ¡Dormiste en la misma cama con ella! .— Le dije alzando la voz y sentí que pasos venían por las escaleras, vi subir a Carlos, Luis y Eduardo.

-Pero ella ya está Muerta Isabela entiéndelo.- ¡PUM! Eso dolió, mis ojos se llenaron de lágrimas oí como Carlos soltaba un jadeo de dolor y me solté.

— Si, esta muerta por tu culpa, por que tú querías llevarla a tu estupido viaje, ella no quería ir y tú insististe tanto, por que manejas sin precaución por eso esta muerta y odio que estes tratando de hacer que Amanda sea como mi mamá por que no le llega ni a los talones, ella nunca será como nuestra madre.- Dije apuntando la foto que estaba en la pared.- Y si ella se quedara en el cuarto de mamá entonces prefiero irme con la abuela.- Mis lágrimas se derramaron por las mejillas, por que era tan insensible el sabía que me dolía mi madre.

-Isabela... perdón yo...- trato de hablar mi padre.

-Papá, déjala , ya hiciste suficiente.- dijo Carlos a quien obviamente también sabía lo que me había dolido.

Todos estaban en silencio, papá bajo las escaleras azotando la puerta de entrada.

-Lo siento.- Les dije a los papás de Eduardo y a él mismo.- Siento que hayan tenido que ver eso.

Todos negaron con la cabeza alegando que estaba todo bien.

Abrí la puerta de mi habitación dándoles entrada a los papás de Eduardo.
Quienes se instalaron, los dejamos solos para que descansaran.

Salí afuera y me senté en una de las mecedoras, sentí como el viento acariciaba mi mejilla y recordé cuando mi mamá me sentaba en sus piernas y tejía mi cabello, ella decía que siempre había soñado con una muñeca y que dios le había mandado una de carne y hueso.

Mis lágrimas comenzaron a resbalar nuevamente y mi corazón dolió.

-No tengo palabras para consolarte, pero te presto mi hombro y mis brazos para abrazarte.- dijo Eduardo incandose frente a mi, solloze aún más y lo abracé sintiendo sus brazos alrededor de mi.

-La extraño mucho, daría todo de mi para tenerla conmigo, para poder sentir nuevamente sus abrazos, sus te quiero y sus besos en mi mejilla cuando me iba a la escuela, por poder probar sus comidas y reírme de sus chistes.- dije llorando aún más.

-Pero si ella está contigo todo el tiempo mi amor y se que estará muy orgullosa de la mujer que te haz convertido, eres idéntica a ella y estoy seguro de que cuando tengas hijos serás como tú mamá.- susurró en mi oído calmando mis sollozos

-No sabes lo que es volver a donde ella vivía, volver a sentir su presencia, ver su casa, recordar todo lo que pasamos cuando éramos pequeños.- le dije más tranquila.- ¿Vez ese árbol?.- Le pregunté y el asintió.- Carlos se callo del árbol mi mamá corrió desde aquí a recogerlo le dio un beso en su raspón y Carlos volvió a correr, cuando murió yo subí a ese árbol y me aventé esperando a mi mamá pero nunca llego, la necesitaba Marco, la necesité siempre, ahora mi papá no puede hacer esto, siempre quedamos que honraríamos su casa y su memoria y cuando dijo que traería a Amanda al viaje jamás pensé que hiciera esto en la casa de mi mamá.- dije sollozando.

-Mi amor tienes que calmarte, habla con el, hablen con el tu y tus hermanos, yo se que si está mal, pero entiéndelo ahora el está empezando una vida nueva, en el momento el también la quería y también sufrió.

-Si Eduardo pero la manera no es venir a acostarte en la misma habitación que compartirte con tu esposa.- le
Respondí

-Isa, vamos a hablar con mi
Papá ¿Nos acompañas?.- dijo Luis triste, es obvio que como hermanos pensamos igual.

-Ahora vengo, iré con ellos, no te vallas.- le pedí a Eduardo y el asintió.

-Mi papá estaba en la cocina junto a Amanda.- se sorprendió cuando nos vio a los cuatro juntos.

-Tenemos que hablar.- dijo Daniel serio.- Papá te hemos apoyado en todo, no estamos en contra de tu relación.- dijo dirigiéndose a Amanda quien bajo la mirada.- Pero es la casa de mamá tienes que respetar su memoria.

-También es mi casa.- dijo el enojándose.

-Y también la de nosotros.- dijo Luis.- ¿Ya se te olvidó lo que nos dijiste cuando nos fuimos?

-Honraremos la memoria de tu madre, dejaremos los recuerdos con ella dentro de esta casa y crearemos nuevo como si ella estuviera acompañándonos en nuestra nueva vida.- le dije repitiendo sus palabras, el volteo a verme con lagrimas en los ojos.- Te queremos ver feliz Papá, pero no compartirás la misma habitación de mamá y si lo quieres así vete al hotel.- dije enojada.

-Chicos, lo siento por lo que dije hace rato, no medí las palabras, Hija se cuanto te duele y entiendo su punto, me quedaré con mis papás junto con ella, Oscar (El hijo de Amanda) se quedará aquí y nos llevaremos a sus papás.- Explicó.

-Más vale que sea asi.- dije enojada saliendo y buscando a Marco con la mirada.

-¿Que paso?.- Dijo el cuando me acerqué de nuevo a la mecedora.

-Se irá con el abuelo, al parecer no se le puede desapartar.- dije enojada y el río.

-Me gustas mucho más cuando estás enojada.- dijo riendo y yo le sonreí.- Todo se va a solucionar ya verás, estoy junto a ti siempre, en las buenas y en las malas.

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora