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Hice algo de almorzar con lo que mis hermanos tenían y comí sola.
No aguante las ganas y agarre mi teléfono para meterme a ver las historias de Eduardo.
¿Estará con ella?.
El no había subido nada, pero en las historias de Enrique solo salían ellos pero no Eduardo, ver eso y pensar en las posibilidades de otra decepción me hizo correr hacia el baño y devolver la comida de mi estómago.
Regrese checando que todo estuviera bien con los niños, no sabía que hacer, tenía dos niños a los que cuidar, debía buscar un trabajo, buscar una guardería o niñera y por lo pronto yo no contaba con dinero.
Las cosas estaban horribles en cuestión de empleos, jamás pensé que me arrepentiría de haber dejado el Kínder.
Marque el número de Carlos para saber si iban a llegar, no quería quedarme sola aquí, además que Hugo y Víctor nuestros amigo se había venido a vivir y trabajar aquí y pues mi cuarto había pasado a la historia.
Carlos contestó adormilado y supe que no llegarían, los tres estaban en Monterrey mientras que Hugo y Víctor en Guadalajara.

Mi suegra llego junto con May más tarde, yo estaba tirada en el sofá por que por un momento los niños se durmieron.

-Vamos a ir a comprar unos esquites ¿No quieres ir?.- Me preguntó sentándoselos a mi lado.- ¿O quieres que te traigamos algo?.

-No, si voy, estoy súper aburrida.- Le conteste, no tenía ganas de nada, mi estómago parecía que todo lo que caía lo devolvía.

Agarre las cangureras y las eche en la pañalera.
May me ayudo con Frida y yo cambie a mi Eduardo.

Aunque me rogaron para que comiera algo me negué, me sentía enferma.
Caminamos por algunas plazas comerciales hasta que nuestros pies ya no nos permitieron, los niños ya empezaban a pesar.

-¿Te vas a quedar con tus hermanos?.- Me preguntó Doña vero.

-No se, no van a llegar hoy y no creo que lleguen entre semana ellos, mañana agarraban viaje a México.- Le dije penosa.

-Ay no, para que te quedes así tú sola con los dos niños no, te quedas ahí en la casa, ya estamos nada más nosotros.- Su comentario me hizo casi decirle que si hijo varías veces me había dejado sola, hasta cuánto los mellizos se enfermaban, pero no se lo dije.

-Se lo agradecería mucho.- Le sonreí agradecía.

-Ay no muñeca tu no tienes nada que agradecer, son mis nietos y tu nunca vas a dejar de ser mi nuera.

De camino a su casa, pasamos a comprar algunas cosas que ella necesitaba para la comida, según ella estaba muy baja de defensas y es por eso que necesitaba algo de verduras.

No pude evitar poner mi cara de sorpresa cuando vi a Amanda en la tienda, cargaba a una niña hermosa, era mi hermanita.
Ella me sonrió hipócritamente pero no me importo y me acerque, la conocía solo en fotos, mi papá se había olvidado completamente de mi.

-Está preciosa, felicidades.- comenté agarrando la Manita de la bebé.-¿Como se llama?.- Sentí un sentimiento extraño.

-Miranda ¿Y Los tuyos? Veo que tuviste gemelos.

-Frida y Eduardo.- Le dije con una Sonrisa.

La mamá de Eduardo se acercó y saludó a Amanda.

-Ese milagro, ya tenía mucho que no la veía.- Comentó mi suegra.

- Me quedó de pasada la tienda para comprar la comida ¿Ustedes también ya van a hacer de comer?.- Preguntó Amanda.

- Si, le voy a preparar un Candido de verduras por que anda incomoda del estómago, todo lo devuelve.- Doña Vero le comentó y Amanda soltó una carcajada.

-No vayan a ser otros Gemelos Isabela ¡Aguas!.- Reí incomoda, pero algo hizo click en mi cabeza, Las pastillas me habían causado irritación así que dejé que Eduardo se ocupara de la protección, grave error, la última vez no le pregunté si había usado preservativo.

Le dije adiós con una sonrisa un poco forzada a Amanda y Doña vero vio mi cara de preocupación.

-No me digas.- Llevo la mano a su boca y Mayve sonrió.- ¿Vamos por una prueba?.- Me preguntó y asentí preocupada.

Salimos de la carnicería y paramos en una farmacia, ella se bajo dejándonos a mi y mi cuñada dentro del coche.

- ¿Y si si estás? ¿Que vas a hacer?.- me preguntó May y me encogí de hombros.

-No se, tengo miedo, todavía no salgo de una para meterme en otra, los niños todavía no tienen ni un año por dios.-  dije frustrada.

Mi suegra salió con cinco pruebas, según ella para estar más segura.

Llegamos a casa y yo no hice más que tomar agua para salir de dudas, decidimos que me iba a hacer todas y guardarlas en las cajas, hasta que me hiciera la última las íbamos a sacar todas.

Y así se nos pasó la tarde, mis nervios estaban a todo lo que dan, estas cosas solo me pasan a mi.

Mi suegro llegó más tarde mi me miró sospechoso, lo saludo como de costumbre y el se subió a descansar, Sola Vero subió atrás de él supongo que a contarle por que me quedaría unos días con ellos.
Después de un rato ella bajo, ya se estaba obscureciendo.

-¿Estás lista?.- Me preguntó y yo negué.

-Bueno, ya.- le dije agarrando de no se donde el valor.

Sacamos entre las tres las pruebas, mi corazón bombeó demasiado rápido.

Doña Vero me miró con una cara de susto y de felicidad mientras que Maybe que traía a Frida en brazos aplaudía feliz.
Todas las pruebas habían salido positivas.
Estaba muy embarazada.

La sangre se me heló.
Ahora si la pregunta ¿Que iba a hacer? No dejaba de rondar en mi cabeza.
Sentí que no tenía fuerzas aunque estaba sentada, Doña Vero corrió y trajo un poco de Alcohol y lo sostuvo en mi nariz para que no me desmayara.
Me ayudo a subir a una habitación, me sentía mareada y todo me daba vueltas, ella dijo algo pero mi mente estaba en otro sitio.
Me recostó en la habitación y salió después, mis ojos empezaron a cerrarse.

No supe cuánto tiempo pasó, pero había alguien con una bata blanca que me estaba checando mis pulsaciones.

-Solo fue una baja de presión.- Le explicó a mi  suegra y después me miró a mi.- Los ascos son normales en el embarazo.

No puse mas atención, Dios mío, estaba embarazada, tenía sentimientos encontrados, estaba feliz, otro ser nacido de mi me hacía feliz, pero en las circunstancias en las que nos encontrábamos, no sabía cómo reaccionar.

Las personas salieron de la habitación y comencé a llorar como Magdalena, no se si eran las hormonas, la realidad cayó sobre mi,
Era la habitación de Eduardo, mis lágrimas se derramaron más y más al recordarlo.

¿Que tenía ella que no tenía yo?

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora