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MARCO P.O.V.

Vi como se iba, quise detenerla pero sabía que había sido yo el que había mandado todo a la verga.
Pensando no ganaría nada, aliste la maleta y le hable a los demás para que se alistaran, adelantaríamos el viaje.

Salí de la casa, me sentía solo, ya no había quien me esperara, maneje a la casa de Chiquete y el salió después de diez minutos.

-Verga wey, que cara traes.- Me dijo en cuanto se subió y no le conteste.
Pasamos por los demás y todos iban haciendo sus chistes como de costumbre, pero no me reí.

-¿Que traes amorts?.- me preguntó nuevamente el chiquete cuando bajamos en el hotel.

-Nada wey me siento mal, me iba a quedar con ustedes pero neta mejor me voy a otra habitación, ando de mal humor y no les quiero chingar el viaje.- El asintió sin entender muy bien la situación, el no estaba enterado de lo que estaba pasando, era mejor así, tendría que aguantar muchos regaños cuando le dijera a mi mamá.

Dormí unas cinco horas, pues llegamos de madrugada, no entendía la urgencia del asunto, según el contador todo está perfectamente para iniciar el proyecto de las franquicias.

Me levante adormilado y pase a ver a los muchachos, seguían dormidos.

-¿Cual es la urgencia?.- Le pregunté a Romina y a Ivan los encargados del local.

-El proveedor nos quiere cambiar los materiales de construcción, no son los que pedí, además ayer vino una señora a reclamar el terreno, según ella su papá no vendió nada y vino con su abogado.- Comentó Iván.

-Pásame el número del cabrón y la dirección de la señora esta.- Dije molesto mi cabeza estaba por explotar.

-Necesitamos hablar.- Comentó Romina cuando Ivan se había metido a la oficina a buscar la dirección.

-Ahora no, no tengo tiempo.

Después de una ardua discusión con el proveedor logre que mandaran lo que yo había pedido o si no se atenían a las consecuencias.

Me dirigí a la casa de la señora, jamás había conocido a alguien tan hija de la chingada, tenía una voz muy aguda que me reventaban los tímpanos cada que abría el pico.
Su molestia era que el terreno su papá no se lo había dado a ella, pero logré demostrar que yo lo había comprado.

Me fui de regreso para el hotel pero no estaban mis compas así qué pedo servicio a la habitación.

Un mensaje de texto llegó, era Mayve.

"A que hora vas llegar?".- Era raro por que jamás me preguntaba, además yo no les había avisado que había salido de viaje.

"Quizás mañana".- Conteste simple.

"Te aconsejó que vengas ahora mismo" .- Su respuesta me Altero y marque el número del Chiquete, sin dejarlo hablar le dije "Los veo en el hotel ya".

No tardaron mucho en llegar, recogieron sus cosas y nos fuimos directo a Culiacán.

-¿Todo bien compa?.- me preguntó una vez que llegamos a su casa para dejarlo.

-Simon, cualquier cosa yo te aviso.

Me dirigí a la casa, el carro de Isabela estaba afuera, supuse que estaba en su casa, pero cuando entre mi mamá estaba jugando con los bebés.

-¿Y Isabela?.- pregunté asustado.

- Arriba, hijo de la chingada, te pásate Marco.- mi mamá se levanto enojada dejando a mis hijos en el piso, yo me incline y tome al Niño acariciando a Frida.- Te estoy hablando, tú crees que no me entere, en que cabeza cabe cambiar todo esto, por la calentura.

-Ama, las cosas no son como tú crees, todo se va a aclarar lo juro.- Dije molesto y dejándole al niño subí, ya sabía donde estaba.

Entre a mi antigua habitación y ahí estaba, sus ojos estaban cerrados y tenía lágrimas por sus mejillas.

-¿Te sientes mal? Podemos ir al hospital.- Ella no contestó y sollozo aún más.- Dime que tienes por favor.

-¿Que tengo? ¿Te suenan otros nueve meses?.

-¿Que?.- Pregunté como retrasado pero en verdad no entendía.

-Que tú debiste encargarte de la protección Eduardo, no puedes hacer nada bien, solo te pedí una maldita cosa, los niños no tienen ni un año y yo ya estoy embarazada otra vez, a cómo voy terminaré con mil hijos a los treinta.- Dijo llorando y mi corazón se lleno de felicidad literalmente, solté una risa divertida y ella me miró enojada.-Esto no es de Risa Eduardo ¿Te das cuenta de la situación?

-Si me doy cuenta, estoy feliz, es una nueva oportunidad.- le conteste.

-¿Oportunidad de que? Yo ya no quiero estar contigo.- Su comentario hizo que mi sonrisa se  esfumara.- No quise ser grosera, es solo que yo no puedo perdonarte ¿Estamos de acuerdo en que tú tampoco me perdonarías una infidelidad?.- Yo asentí.- No puedo, por más que pienso las cosas, no entiendo por que lo hiciste, siempre pensé que  estaba haciendo bien las cosas, que era una buena esposa y una buena madre, jamás me desatendí de ti, aún y cuando las maletas que te preparaba eran para salir de viaje con ella.

-No, la relación con ella fue solo trabajo al principio, entiende y déjame que te explique, nada es como parece.

-Yo ya no quiero que me expliques, si no hubiera pasado nada tú mismo me lo hubieras dicho y no me hubiera enterado por terceras personas.- Dijo enojada.

-Yo se, pero déjame explicarte, por favor.

- No y vete, me quedaré con tus papás unos días hasta que mis hermanos lleguen.

-¿Estás segura?.- Ella asintió con coraje.- No puedes quitarme a mis hijos.

-Si los quisieras tanto no hubieras echo lo que hiciste.- Estoy seguro que al instante se arrepintió de su comentario pero como era tan orgullosa niño iba a aceptar la hija de la chingada.

-Puedes acusarme de todo, pero nunca que de que no quiero a mis hijos.- Salí del cuarto enojado y me encontré con la mirada acusadora de mi mamá. 

-Ya no me vea así, trate de arreglarlo.- Le dije frustrado.

- Si hijo de la chingada, déjala descansar y ayúdame a darle de comer a tus hijos.

Tome a Frida y ella lloró, igualita a su madre.

TENIAS QUE SER TÚ (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora