Un encuentro sorpresa y otro no tanto...

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Luego de una intensa charla con Leonardo mientras tomaban café, Amelia siente que puede confiar en él, es más ya lo considera su amigo. La hizo pensar en muchas cosas y le hubiera gustado seguir charlando con él, pero debía irse.

El camino a casa ha sido bastante tranquilo. Calcula que le quedan alrededor de 10 minutos para llegar, por lo que, saca su celular para avisarle a su mamá que le falta poco para llegar. Sin embargo, por no tomar atención al camino choca con el hombro de un chico perdiendo el equilibrio y cae al suelo.

—¿Estas bien? —pregunta una voz masculina en inglés. Ella lleva su mirada el chico con el que ha chocado.

—Si, lo siento. Iba pensando y no me di cuenta de que estabas enfrente —confiesa Amelia avergonzada.

—No te preocupes —le dedica una sonrisa.— a cualquier le puede pasar ¿Quieres que te ayude a pararte?

—No estaría mal —devuelve la sonrisa tímidamente.— El joven le tiende la mano, Amelia se afirma de ella para darse impulso y levantarse. Una vez en pie Amelia ve la cara del chico, cree conocerlo, su cara se le hace tan familiar.

—Disculpa, es que te me haces conocido —se atreve a comentarle.— ¿Nos hemos visto en algún lado antes?

—No lo creo —responde con honestidad.— Tal vez en las redes sociales, ya sabes... mi mejor amigo es bastante famoso.

—Lo sabía, pero que idiota soy —comenta Amelia en español.

—¿Qué? —le pregunta él sin entender lo que acaba de decir.

—Nada —lo mira fijamente.— dios, que guapo —piensa.— Eres Harrison Osterfield ¿cierto?

—Ajá —asiente.

Amelia trata de procesar todo lo que esta pasando en este momento. No puedo creerlo —susurra inaudible.— Amelia no se daba cuenta, pero estaba bastante pálida.

—¿Estas segura que te encuentras bien? Pareciera que te vas a desmayar —comenta Harrison preocupado.

Amelia no responde, sigue en el mundo de sus pensamientos, no entiende como de todas las personas que existen en el mundo justo ella se encontraría a Harrison Osterfield, el mejor amigo de Tom Holland, su actor favorito.

—¿Hola? ¿Sigues aquí? —Harrison vuelve a preguntar.— Realmente se está preocupando, quizás se golpeó fuerte la cabeza.

—Oh, si, lo siento... ¿Qué decías? —consulta Amelia.

—Creo que te golpeaste fuerte —la observa preocupado.

—Estoy bien, no pierdas más tu tiempo conmigo —ríe fingiendo despreocupación.— fue un gusto conocerte, Harrison.

Amelia estaba decidida a seguir su camino, siente que todo aquello es producto de su gran imaginación en una combinación con el golpe en la cabeza que se ha dado. Es imposible que ella conozca a cualquier cercano de Tom Holland. En eso siente que le toman el brazo.

—No me dijiste como te llamabas —Harrison la mira curioso.

—A-Amelia —responde ella.

—Fue un gusto también conocerte, Amelia —le dice.— Cuídate ¿si? —sonríe.

—Lo haré —le sonríe de vuelta.—disculpa nuevamente

—Descuida —le responde y se va hacia otra dirección.

Amelia comienza nuevamente su camino a casa, igual de impactada que antes, pero esta vez decide hacer algo al respecto. Saca su celular, busca en sus contactos. Ahí está, presiona y comienza a sonar el bip de las llamadas.

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora