Mentira piadosa

380 32 8
                                    

Amelia

Cuando llegue a casa le mandé un WhatsApp a Leandro avisándole que había llegado bien, no quise comentarle que me había encontrado nuevamente a Harrison, porque probablemente me hubiera llamado para insistirme que le pidiera que nos presentara a Tom y los vengadores. Luego de eso no he dicho ni una sola palabra a nadie, ni siquiera las bromas molestas de Maura me hacen reaccionar, puedo notar que mis papás están preocupados, es como si me hubieran abducido los extraterrestres, pero es que simplemente no puedo creer lo loco que ha sido todo, aún no entiendo por qué no actúe como una salvaje y no salté sobre él pidiéndole que se casara conmigo o que tuviéramos un triángulo amoroso con Tom. Esta última idea me hace reír, a lo que mis padres me miran aún más extrañados. Dios, deben pensar que estoy loca.

Duncan el padre de Amelia rompe el silencio. Llamando la atención de su esposa junto con sus dos hijas.

-Hija, ¿Te encuentras bien? A penas has tocado tu plato y te ríes sin razón aparente -Le comenta preocupado-

- Si -Comienza a hablar Lissette- La verdad es que desde que llegaste no has dicho mucho más que para anunciar tu buen retorno a casa -Apoya las palabras de Duncan-

- Ay papás ¿Qué les sorprende? Mi hermanita perdió el juicio hace varios años, desde que nació me atrevería a decir -Dice Maura en tono burlesco-

- Eso no es cierto -Habla por fin Amelia, fulminando con la mirada a su hermana- Estoy bien, es solo que me he quedado pensando, y estoy preocupada por el ingreso a la universidad aquí, ya saben... -Miente-

- Oh, es eso -Comentan ambos padres-

- ¿Y eso te da risa? -Maura la mira extrañada- Debe admitir que le gusta fastidiar a su hermana pequeña.

- Son risas nerviosas -Amelia se defiende-

- Creo que tanto café te ha afectado más de la cuenta -Maura se ríe- Buen castigo mamá, así no se nos vuelve más loca.

- Basta Maura -Dice Duncan- Creo que quieres sumar días de castigos

- Solo era una broma -Responde molesta-

Amelia sonríe satisfecha, está cansada de las bromas de su hermana, literalmente la ha molestado todo el día.

Lisstte comienza a hablar -Hija... tienes que estar tranquila, todo irá bien, como te he dicho te manejas con el idioma y quizás no sea tan diferente a como era en _____ anímate y no te adelantes a los hechos -Termina por decir-

-Tu madre tiene razón, sabemos que lograrás tener un excelente año académico en la universidad, además fuiste becada eso refleja que tienes un buen nivel ¿No crees? -Sonríe a la menor de las hijas-

- Eres una cerebrito, no te quejes -Agrega Maura- Nos irá bien a ambas, y prometo no fastidiarte cuando nos topemos -Me da una palmada en la espalda-

- Auch -Me limito a decir-

- Así es, a ambas les irá excelente, tendremos a Maura como la mejor enfermera del mundo y a ti como la mejor maestra del mundo -Dice Lissette-

- Solo puedo sentir orgullo de ustedes dos -Dice Duncan-

- Oh no, ahí viene el sentimentalismo otra vez -Maura rueda los ojos- De todas formas, los amo, pero hoy no es día de sentimentalismo para mí, así que, Netflix me llama.

Dicho eso Maura se levanta de la mesa y lleva sus platos sucios al lavado en la cocina para luego encaminarse al segundo piso para tener su cita con Netflix.

-Gracias, a ambos, los amo mucho ¿Lo saben? -Comenta Amelia que sigue ahí en compañía de sus padres-

- Nosotros a ti -Responden sus padres al unísono-

- Bien, yo también quiero tener mi cita con Netflix -Dice Lissette- Duncan debes lavar los platos -Sentencia la madre-

Amelia no puede aguantarse la risa al ver la expresión de su padre, pues, sabe muy bien el odio que le tiene a todo aquello que tiene relación con la casa, pero han logrado motivarlo para que colabore tanto como ellas, al final eso es lo justo. Tras eso, Amelia le ayuda a levantar los platos sucios dejándolos en la cocina para que él pueda lavarlos. Una vez terminado eso, Amelia se dirige a su habitación.

Si tan solo supieran sus padres que sus pensamientos no tenían nada de relación con la universidad.

Miro la hora, son las 9:30 p.m, por lo que en ____ deben ser alrededor de las 2:30 a.m definitivamente no puedo llamar a Coni ahora, de seguro está durmiendo -Me lamento- Bien, creo que no tengo más opción que tener una cita con Netflix como mamá y Maura. Por lo que me levanto en busca de mi notebook y cuando lo estoy tomando de mi escritorio miro a la ventana casi involuntariamente y lo veo, ahí está Trevor.

-Oh por dios, por favor que no sea su habitación, no me sigas castigando vida -Exagero-

Me ve y me levanta el dedo corazón con una sonrisa, muy amablemente se la devuelvo.

-Zopenco -Río- Es así como me percato que está en compañía de una chica. Debe ser la hermana de la que me habló mamá. No me vendría mal una amiga -Pienso- Ella me ve y sonríe, a lo que respondo con una sonrisa junto con un saludo moviendo mi mano.

- Bien, primera interacción -Sonrío satisfecha- Puedo ver como Trevor la está regañando por saludarme, lo cual me causa mucha gracia, pobrecito, si llegamos a ser amigas será un infierno para él -Río-

Dicho eso me dirijo a mi cama para acostarme y elegir alguna película. Cuando abro Netflix en mi colección sale Spiderman: Homecoming gracias, querido Netflix -Digo irónicamente- no puedo evitar pensar en Harrison, pero borro rápidamente mis pensamientos y sigo bajando. Lo siento Holland, te amo, pero hoy no -Sentencio- Me decido finalmente por Me before you es un buen día para llorar -Afirmo-
 
Trevor

- ¿Y ella quién era? -Me pregunta Rebeca-

- Nuestra vecina, Amelia

- Tiene linda sonrisa

- Y un carácter horrible -Responde rodando los ojos-

- ¿Por qué lo dices? -Rebeca mira con curiosidad a Trevor-

- ¿Acaso no viste que me levantó el dedo del medio?

- Tú lo hiciste primero -Le responde-

- Bueno sí, pero, no es solo eso... ella es una cabezota que no acepta ayuda y en vez de eso me insulta -Espeta Trevor-

- Yo creo que la pillaste de malas, no parece ser mala -Se enoje de hombros-

- Las apariencias engañan hermanita -Le guiña un ojo-

- Tendré que comprobarlo.

- ¿Cómo?

- Hablaré con ella, intentaré conocerla, a ver si es un demonio como tú tanto dices -Le sonríe a su hermano-

- Oh no, que se haga tú amiga para tenerla en casa después sería como una pesadilla, peor que una habitación llena de payasos.

Este último comentario de Trevor hace reír a Rebeca, quien no tiene idea de cuando su hermano superará su miedo por los payasos.

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora