Fuck

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Harrison

Llegamos a casa, y decidimos abrir un par de cervezas. Después de todo, aún no me he salvado de una profunda conversación con Tom.

-Bien -suspira Tom-. di la verdad, ¿por qué no le dijiste lo que sentías a Amelia?

-Se va a Alemania.

-¡¿Qué?! -abre los ojos como platos-

-Eso -río por lo bajo-. lo que escuchaste.

-¿Para siempre? -bebe un sorbo de su cerveza-

-No -respondo-. durante un año, está postulando a la beca Erasmus.

-Ah -asiente-. pero... entonces no es seguro.

-Piensalo Tom, Amelia es una genia, veo imposible que no se la otorguen.

-Buen punto -posa su mano derecha en su mentón, pensativo-. igual... un año pasa volando, no veo el por qué de no decirle la verdad.

-Se va con Theo -digo cabizbajo-

-¿Y eso qué?

-Vamos, ambos sabemos que él está muerto por ella -me encojo de hombros-

-Sí, pero, ella no -fija su mirada en la mía-

-Lo sé -respondo-. pero... un año junto a él, podrían cambiar las cosas Tom. Pasará a ser su gran apoyo allí, lo verá siempre, compartiran todo...

-Eres un idiota -me interrumpe-. Haz, dejame decirte que, eso son solo excusas. Amelia pasa 5 días de la semana con Theo, ambos tienen el mismo ritmo de estudios, ya se apoyan, ya comparten prácticamente todo y ella sigue enamorada de ti -agrega-. no sé cómo no te das cuenta.

No veo como contradecir lo que Tom acaba de decir. Tiene razón, el miedo que se ha apoderado de mí, solo ha ayudado a pensar cosas sin sentido.

-¿La quieres? -pregunta-

-La amo como un maldito loco.

-Entonces, no seas cobarde. Vamos, Hazza, ella ha hecho todo por ti, ha sido honesta contigo, hasta casi te juro amor eterno -comenta-. ¿no crees que merece un poco de honestidad?

Asiento.

-No esperes que este por irse para decirle la verdad, después te vas a arrepentir -posa su mano en mi hombro-. y por lo demás, creo que Amelia terminaría odiandote por hacer eso.

-¿Qué cosa?

-El decirle todo justo cuando esta por irse -rueda los ojos-. eres tan lento.

-Lo siento -río-. tienes razón.

-Claro que la tengo -guiña un ojo-

El móvil de Tom comienza a sonar, por lo que, lo saca de su bolsillo.

-Es Harry -comenta-. se quedará en casa de Amelia.

-¿Enserio? -elevo una ceja-

-Sí, le ha invitado Amelia.

-Que miedo, de seguro se van a planear un monton de bromas contra mí.

-Preparate -ríe Tom-

Amelia

Harry literalmente se ha devorado los dulces que hicimos en conjunto con mamá. Eso por supuesto, le ha puesto muy contenta, le fascina que disfruten de lo que cocina, sobre todo "los britanicos guapos", así se refiere a mis amigos de acá.

-¿Quieres más? -le pregunta mamá-

-Mamá, harás que explote. Además, también existimos nosotras -Maura me apunta y luego se apunta-

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora