Amelia
Trevor se ha quedado abajo con mis padres intentando convencerlos para irme unos días de aquí. Mientras yo he tenido una gran charla con Maura, quien me anima y me recuerda lo valiosa que soy.
-¡Amelia! -grita mamá-
-¡Voy! -grito de vuelta-. tienes que ayudarme -miro a Maura-
-No sé si sea buena idea que te vayas sola Amelia, yo te acompañaría, pero, la universidad.
-Solo serían unos días, 3 como máximo y me cuidaré mucho -la miro fijamente-. enserio lo necesito.
-Lo sé, pero, tú cabeza...
-Mi cabeza está bien -la interrumpo-
-Sabes que no es tan así.
-Por favor -le hago un puchero-. necesito despejarme.
-No puedes ir sola.
-Bien, le diré a Leo -ruedo los ojos-. ¿me ayudas?
-¿Prometes que no irás sola? -eleva una ceja-
-Lo prometo.
-Bien, veré lo que puedo hacer.
-Eres la mejor -la abrazo con fuerza-
Ambas bajamos al primer piso, Trevor me mira. Sé por su expresión que no hubo una respuesta buena para mí.
-Te volviste loca si creías que te dejaríamos irte sola por unos días -dice mamá-
-Hija, hace no más de 2 semanas te operaron de algo no menor... me preocupa que te pase algo -agrega papá-
-Yo sé -respondo-. pero, prometo que me voy a cuidar muy bien, nada malo va a pasar -sonrío-. es que yo... lo necesito.
-Sola de ninguna manera -setencia mamá-
-Lo siento hija -apoya papá-
-¿Y por qué no me acompañas tú? -miro a mamá-
Sé que papá no puede por el trabajo. Aunque mamá también trabaja, pero, sus horarios son más flexibles que los de papá.
-Me encantaría, pero, el trabajo no se hace solo, cielo -responde-
-Puedo decirle a Leo -insisto-. por favor, sólo serían 3 días, sólo 3.
Mis padres me miran dudosos, sé que les preocupa mi bienestar físico, pero, esto se trata de reparar mi bienestar emocional.
-Al menos dejen que le pregunte a Leonardo, ambos lo conocen y es alguien de confianza -me apoya Maura-
-Está bien -dice papá-
-Gracias.
Subo en busca de mi móvil y marco el número de Leo. Porfavor, contesta.
-¿Qué pasa, pequeña?
Pequeña, auch. Sacudo mi cabeza intentando olvidar los recuerdos de su voz. Leo y él habían tomado de costumbre ocupar pequeña para referirse a mí. Trago saliva con fuerza, y respondo.
-Escucha, no hay mucho tiempo de explicar todo... pero, ¿puedes irte unos dos o tres días conmigo a Brighton?
-¿Qué? ¿por qué?
-Necesito una respuesta rápido Leo, prometo que después te explico todo.
-Lo lamento cari, no puedo. Prometí a papá trabajar con él en el taller ¿lo recuerdas?
-Oh, es cierto -resoplo-. bueno, no te preocupes. En un rato hablamos, te cuento todo lo que ha pasado y el por qué de esta extraño propuesta. Te amo, Leo.
-Te amo también, espero tu llamado.
Corto la llamada frustrada, sé que ahora no me dejarán ir. Pensé en Rebeca, pero, al igual que Maura debe estar plagada con cosas de la universidad. Supongo que, volveré a encerrarme en mi habitación por unos días.
Bajo resignada al primer piso, mis padres me miran, al igual que Trevor y Maura. Estoy preparada para el rotundo no.
-Leo no puede -digo cabizbaja-
-Bien, ya sabes nuestra respuesta entonces -mamá se cruza de brazos-. sola no vas ni aunque me pagaran por ello.
-Ya escuchaste a tu madre, Amelia -agrega papá-. no sería sensato de nuestra parte dejarte ir así como así después de todo lo que acabas de pasar.
-Lo sé -resoplo-. lo entiendo -miro a Trevor-. gracias por intentarlo, puedes irte a casa.
-Yo puedo acompañarla -ofrece Trevor. Abro los ojos como platos-. digo, ustedes me conocen, podría cuidar muy bien de Amelia y creo que ella necesita esto, antes de retomar sus clases.
Agradezco su intervención, pero ¿Trevor junto a mí en un viaje? ¿y por 3 días? creo que habrá un tipo de explosión en el intento.
-Trevor es nuestro vecino, y siempre te ayuda a resolver problemas mamá, creo que es una buena compañía para Amelia -apoya Maura-
Mis padres se miran un par de veces, luego me miran a mí y con una coordinación que no entiendo, ambos suspiran.
-Sólo 2 días -dice papá-
-Y la cuidas con tu vida, por favor -le dice a Trevor-
Abrazo a mis padres agradecida, no tienen idea de cuánto necesito esto.
-Gracias -sonrío-
-Bien, me iré a hacer mi bolso -dice Trevor-. el último tren sale a las 5:50 p.m
Mis padres asienten. Trevor se da media vuelta y se acerca hacia la puerta, antes de que la abra para irse me acerco a él.
-¿Y eso por qué? -le susurro-
-Se nota que lo necesitas -responde-. te dije que haría lo que necesitaras, tómalo como un favor.
-Gracias -asiento con una sonrisa-
-De nada -sonríe-. ahora, anda a hacer tu bolso. No tardaré en hacer el mío.
-Bien, nos vemos.
Volteo, me acerco a mis padres y los abrazo una vez más por dejarme ir. Ambos responden a mi abrazo con fuerza, pidiendome que por favor me cuide, a lo que yo asiento.
Subo a mi habitación para preparar mi bolso, saco un poco de ropa, todo bien hasta que me encuentro con el poleron de Harrison, otra punzada en mi pecho y las lágrimas amenzando con salir. Controlo mi respiración, y dejo a un lado la prenda. Realmente espero lograr sentirme mejor con este pequeño escape -resoplo-
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Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison Osterfield
FanfictionAmelia es una chica de 19 años quien tuvo que abandonar su país de origen por una fuente laboral prometedora para su padre. En este nuevo camino conocerá a mucha gente, dentro de este nuevo grupo de personas se encontrará el chico de sus sueños, por...