Cambios

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Holaa, quiero decirles que estoy muy agradecida por sus lecturas. Me emociona muchísimo haber llegado a los 1K😭💚. Espero que sigan leyendo y esto siga subiendo!! Les amo muchito, gracias, gracias y mil gracias.

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Amelia

Dicen que la vida te puede cambiar en un segundo, que una decisión puede mover todos tus planes a futuro, y todo esto no puede ser más cierto.

Al volver a la universidad, para mi sorpresa me estaba yendo bastante bien. Lo que motivo a mis padres a darme otra de sus locas ideas ¿Por qué no te trasladas a la universidad de Cambridge?



Flashback

-¿Acaso perdieron la cabeza? -suelto una carcajada-

-Estamos hablando enserio, cariño -mamá me mira seria-

-Ni siquiera sé si a esta altura eso es posible -me encojo de hombros-

-Deberías averiguar -comenta Maura-. si tuvieran enfermería allí, yo también lo haría.

-Es una gran oportunidad Amelia, te recuerdo que es una de las mejores universidades del mundo -agrega papá-

-Está bien, averiguaré -ruedo los ojos-

Fin del flashback

Aunque pensé que era una locura, para mi suerte resultó. Cuando enviaron el correo donde decían aceptarme, pensé que terminaría en el hospital de nuevo, no exagero, volví a desmayarme. El único inconveniente es que al tener mis  sesiones de terapia con Nick, mi madre iba a buscarme (por las convulsiones mis padres me han prohibido manejar). ¿Pueden imaginar viajar 1 hora y 27 minutos todos los días e intentar estudiar durante el viaje? simplemente, una tortura.

No tengo el mismo tiempo que antes, si no estoy viajando, estoy en terapia, si no estoy en terapia, estoy durmiendo. Aún así, hago mis esfuerzos para ver a los chicos, pues, extrañarlos se ha vuelto parte de mi rutina.

Con Leo tenemos nuestros encuentros clásico en Starbucks, Trevor junto a Rebeca cruzan la calle y llegan a mí casa, así que, no tenemos mayor problema con vernos. Sí, finalmente considero a Trevor mi amigo. Y Harrison, me acompaña a las sesiones con Nick. Para cuando terminan me obliga a dar vueltas por el parque, ya que Nick le ha dicho que debo ejercitar mis piernas.

Olvidar mis sentimientos por él, ha sido aún más difícil que aprobar las asignaturas de la universiadad. Intenté seguir los consejos de Nick, y conquistarlo, pero, a quién voy a engañar Hazza me adora... como su amiga, nada más. Desde que noté eso, las posibilidades que tenía rodando en mi cabeza se esfumaron, y ahora sólo me centro en nuestra amistad, ignorando todo aquello que puede interferir. Tengo mis días malos, como buenos, pero, creo que he aprendido a vivir con eso. Después de todo, tenerlo lejos duele más que saber que su amor no me corresponde.

-¿Ya vienen por ti? -Natalie irrumpe mis pensamientos-

-Se supone -me encojo de hombros-

Natalie es de las chicas más humildes que he conocido. Además de ser muy guapa. Más alta que yo (cualquiera), con su nariz respingada, sus rulos, sus ojos verdosos, su tez morena, su cuerpo delgado, todo hace una combinación perfecta. Agradezco que seamos compañeras, desde el primer día me ha ayudado con todo.

-La señorita Emma estuvo algo intensa hoy ¿no crees? -me mira curiosa-

-Sí, no sé cómo lograré hacer todo lo que pidió -confieso-

-Tú auto tendrá muchos papeles a su al rededor -ríe-

-Sé que envidias mi lugar de estudio -le guiño un ojo-

-Oh, claro que sí -dice con sarcasmo-. cuando termines tú terapia, deberías quedarte en la residencia.

-Creo que alguien me extraña durante las tardes-noches.

-Puede ser -se encoje de hombros-. eres la única a quien puedo molestar.

-Eres increíble -ruedo los ojos-

Observo cómo se acerca Chris, su novio. No es que lo odie, pero, conociendo a Natalie creo que merece algo mejor.

-Hola cariño -la abraza por la espalda-

-Chris -dice entre risitas-

Hili ciriñi, podría decir que hasta su voz me irrita. Es el típico chico prepotente que se ven en las películas, y su físico le ayuda bastante a encajar en el papel. Alto, musculoso, tez blanca, pelo castaño con algunas ondas, y una sonrisa radiante.

-Hola tú -me mira-

-Hola Chris, que gusto verte -sonrío con sarcasmo-

-¿Te molesta si te robo a la chica? -sonríe-

¿Si te robo a la chica? ¿Es enserio? Por el amor de Dios.

-Vayan en paz.

-Te veo mañana -Natalie sonríe-

Asiento, y observo cómo ambos se alejan. Espero no cegarme por un chico así.

-¿Todavía por aquí? -dice una voz masculina-

Volteo en un salto. Me ha asustado.

-Sí -respondo-

Es Theo, un chico de 22 años, alto, de tez blanca, de ojos cafés que resaltan en su rostro, una sonrisa que forma margaritas. Un cuerpo relativamente delgado, pero, acompañado de unos fuertes músculos en sus brazos. Más, su pelo liso y desordenado como siempre. Lo conocí estudiando en la biblioteca, a diferencia de mí él estudia ingeniería química.

-Ya te hacía en tú terapia -sonríe-

-Y yo -sonrío también-

-¿Mañana tienes libre?

-Se supone, Nick ha quedado de confirmarme eso en la sesión de hoy.

-De ser así... ¿te apetece ir por un café después de clases y estudiar juntos en la biblioteca?

-¿No es eso lo que hacemos siempre que tengo libre? -río-

-Sí, pero, ahora te estoy haciendo una invitación formal. Tendrá un elemento sorpresa -dice con misterio-

-Oh -sonrío-. está bien, te envío un mensaje con lo que me diga Nick.

-Genial -sonríe-

Mi móvil suena, es mamá, ya está aquí.

-Debo irme -comento-. nos vemos mañana.

-Claro, que te vaya bien en la terapia -sonríe-

-Gracias, Theo.

Camino por el campus hacia la entrada de este para encontrarme con mamá. Eso fue... extraño. ¿Acaso se trata de una cita? No, claro que no. Con Theo siempre estudiamos juntos, bueno, en realidad nos hacemos compañía mientras estudiamos, pues, nuestras asignaturas no se relacionan. Pero, es algo que solemos hacer ¿Por qué ahora cambiaría? Sólo hemos quedado en hacer lo de siempre. Definitivamente tengo una expertiz en crear películas dentro de mi mente.


Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora