Confidencialidad

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Harrison

Antes de pasar al hospital para visitar a Amelia, decido pasar a su casa para probar suerte con Maura. Quizás Tom tenga razón y ella sabe algo.

-Hola Harrison -me abraza Lissette-. pasa.

-Disculpe que haya venido sin avisar -comento- ¿Se ha sentido mejor?

-Sí, aún cansada, pero mejor definitivamente -sonríe-

La madre de Amelia había estado bastante mal con lo que sucedió, sentía culpa por haber estado enfandada con Amelia. Su manera de lidiar con la culpa era pasar horas en el hospital, lo que, la tenía muy demacrada.

-Me alegro mucho.

-¿Te sirvo algo? -pregunta-

-No, no se preocupe, estoy bien -respondo-. ¿Está Maura? quisiera hablar una cosa con ella -comento-

-¿Pasó algo con Amelia? -me mira preocupada-

-No, Amelia está bien -sonrío-

-Ah -resopla-. que bueno, Maura está en su habitación, puedes subir.

-Gracias, nos vemos en un rato.

Dicho eso, subo a la habitación de Maura y toco la puerta para poder entrar.

-Pasa -dice Maura-

-Hola -digo al entrar-

-¿Harrison? -dice sorprendida- ¿No que a esta hora estás en el hospital con Amelia?

-Bueno sí, pero necesitaba hablar contigo antes.

-¿Conmigo? -pregunta-. claro, dime.

-Ayer hablé de esto con Leonardo, pero, dijo que no sabía nada... Amelia ha estado rara este último tiempo, no lo sé, como muy triste -comento-. quizás es sólo cuando está conmigo y es por eso que los demás no lo notan, o no sé -resoplo frustrado-. me preocupa.

-No es solo contigo.

-¿Sabes qué es lo que le pasa? -la miro esperanzado-

-Quizás es solo la culpa -responde-. pero, creo que si realmente quieres saber qué es deberías insistirle a Amelia.

-¿Eso significa que sabes algo? -pregunto-

-Es mi hermana Harrison, si ella me contara algo sobre lo que no quiere que te enteres, no te lo diría -responde-. a menos que sea algo grave.

-Lo entiendo -suspiro-. gracias Maura.

Me doy media vuelta para salir de la habitación de Maura, pero, su voz detiene mi paso.

-Si quieres un consejo, habla con Amelia. Saldrás de dudas, y de paso la ayudarás a ella.

Tras escuchar eso, decido salir de allí. Bajo al primer piso y me despido de Lissette. Quizás Maura tenga razón y la manera de enfrentar todo esto, solo sea hablar con Amelia.

Amelia

Otro día igual que los anteriores, con la diferencia de que he intenado mejorar mi capacidad de ocultar cómo me siento. Realmente espero que funcione, más ahora que Harrison está por llegar.

-¿Crees que tengo mejor aspecto? -pregunto a Eleanor, una de mis enfermeras-

-Cariño, estas bellísima -sonríe-

-Vamos Eleanor, necesito que seas sincera -insisto-

-Tienes mejor cara que ayer -dice-. ¿Por qué tanto interés?

-Me queda poco para irme de aquí -respondo-. tengo que ir mejorando mi aspecto.

-Todavía tienes 6 días para mejorarlo -ríe-. pero, sin duda hay un gran cambio de ayer a hoy.

-Genial -sonrío-

-¿Necesitas algo más? -pregunta-

-No, gracias -respondo-. eres la mejor.

-También le dices eso a Ginny -rueda los ojos-

-Las dos son las mejores -me enocojo de hombros-

-Bien, si viene el doctor, dile que todos tus exámenes están en orden y que no has presentado síntomas preocupantes el día de hoy -explica-

-Lo haré, te veo a la noche -le guiño el ojo-

-Nos vemos -Eleanor sale de la habitación-

Ha tardado un poco más de lo normal, sin embargo, decido restarle importancia. Quiero actuar bien, quiero que piense que ya no pasa nada. Quizás, me lo termine creyendo y hasta se me olvide lo que siento por él.

Harrison

Llego al hospital, hago el trayecto de siempre y cuando estoy por llegar veo a Eleanor salir de la habitación, una de las enfermeras que cuida de Amelia.

-Otra vez por aquí -sonríe-

-Siempre -respondo-. ¿Está despierta?

-Sí, adelante, creo que te estaba esperando -responde-.

-Gracias -sonrío-

Entro a la habitación, y al verme sonríe, tiene mejor aspecto que ayer, lo que me pone contento.

-Hola -me acerco y beso su frente-

-Hola -hace un espacio en la camilla-

-¿Todo bien? -pregunto-

-Sí, todo excelente -afirma-

-Me alegro.

-¿Dónde estabas? -pregunta-

-Tom necesitaba un poco de ayuda con algunas cosas, así que, me quedé un rato más en casa antes de venir acá -miento-

-Ya veo -me mira-. gracias por venir siempre Hazza, me gusta estar contigo.

-Y a mí contigo, Amelia -sonrío-. te ves mejor que ayer.

-Te dije que la culpa me estaba calcomiendo, pero luego de soltarlo contigo y con Leo, estoy mejor -explica-

-¿Estas segura que es solo eso? ¿No hay nada más de lo que quieras hablar?

-Si -muerde su labio inferior- estoy segura -desvía la mirada-

-¿Lo juras?

-Anda ya, Hazza -choca su hombro con el mío y ríe-. no hay nada que no sepas, te lo prometo. Estoy bien.

La miro fijamente, su expresión es tranquila y su sonrisa no la abandona. Por lo que decido relajarme.

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El resto de la hora que pasamos juntos, Amelia me hace un montón de bromas mientras practico el español. Las risas nos acompañan la mayor parte, y la comida no falta. Lissette siempre deja dulces para cuando vengo yo.

Amelia apoya su cabeza en mi hombro cansada, pero, no triste como ayer, sólo cansada. Creo que era cierto, la culpa se había apoderado de ella, pero está mejor, está feliz y ya no debo preocuparme.

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Se vienen muchas cositas, espero que estén disfrutando la historia. Gracias desde ya ji

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora