Donde menos lo esperas

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Amelia

Son las 10:00 a.m cuando despierto y me llevo de los más grandes sustos al ver que mi hermana está sentada en mi cama mirándome como que si me quisiera asesinar.

- ¡Por fin despiertas! -Grita-

- Oh por dios, no grites, acabo de despertar, muestra algo de respeto -Me tapo con la almohada, pero no sirve de nada porque al minuto de hacerlo Maura me la quita y la tira lejos-

- Demonios, ¿Qué quieres? -Le reclamo-

- Primero, deja de maldecir, eso es feo -Sonríe burlesca- Segundo, mandaron correos de la universidad ¿Los viste? Yo entro en una semana, no sé si tú -Se encoje de hombros- Tercero y último, nos inscribí en un gimnasio has estado bastante floja desde que llegamos.

- Wow -Digo con asombro- Fue demasiado en tan poco para estar recién despertando... y no seas hipócrita que aquí la que más maldice eres tú -Me defiendo- Revisaré lo de la universidad y sobre lo del gimnasio... no lo sé, no me parece tan buena idea, prefiero hacer ejercicio en casa.

- No te estoy preguntando, te dije que nos inscribí, papá ya lo pagó, así que tendrás que ir -Sentencia-

- Como sea -La miro molesta- ¿Y cuando quieres partir? -Me preocupa que mi hermana quiera partir ya, porque la conozco y es así de ansiosa-

- Hoy, ahora, así que levántate que vamos a tomar desayuno y nos iremos al gimnasio -Maura se levanta de mi cama y sale de mi habitación rápidamente-

No alcanzo a reprocharle absolutamente nada por la rápido que se fue, pero cuánto la odio en estos momentos. Primero me despierta de la manera más horrible del mundo, luego me bombardea con noticias, para finalmente rematar con que debo levantarme para ir al gimnasio.

Me levanto de la cama y tomo mi celular, efectivamente tenía un correo de la universidad, lo reviso y al igual que mi hermana en una semana más comienzo las clases. Unos escalofríos recorren mi cuerpo, creo que el nerviosismo se comienza a notar, pero definitivamente no es momento para pensar en eso. Me cambio de ropa para ponerme la deportiva y bajar a desayunar, a la vuelta me bañaré.

- Buenos días -Dice mi madre animosamente-

- Buenos días -Le respondo algo somnolienta- ¿Y papá?

- Se fue al trabajo hace unos veinte minutos.

- Ah -Respondo mientras tomo asiento-

Apoyo mi cabeza en mi mano y siento como mis ojos comienzan a cerrarse nuevamente cuando...

- Deja de dormirte -Mi hermana me golpea-

- Veo que estás con energía para hacer deporte -Comenta mi mamá riéndose de mí-

- Uff, estoy lista para una maratón -Respondo sarcásticamente-

Mamá me había preparado un jugo natural de naranja y había dejado varias tostadas encima de la mesa, por lo que tomé dos y las unté con mantequilla. Maura quien ya había desayunado me miraba impaciente para poder irnos luego, por lo que decidí molestarla un poco y la primera tostada me la comí a pasos de tortuga. Mi madre mira divertida la situación.

- ¿Te puedes apurar? -Reclama Maura-

En respuesta me echo la otra tostada entera a la boca y le muestro como esta se deshace en mi boca. Mamá quiere regañarme, pero no puede evitar reír.

-Mamá, has creado a un monstruo -Dice Maura espantada por mi acción-

Termino la tostada, me tomo lo que quedaba de jugo para luego levantarme y llevar lo que ensucié a la cocina.

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora