Desahogo

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Amelia

El viaje en tren fue genial, desde que llegue a Inglaterra jamás había tomado uno, la vista era hermosa. Tampoco conocía Brighton pero, por lo que he podido ver hasta ahora es bastante lindo. Trevor, quien ya había venido ha escogido una hostal con una vista bastante privilegiada.

-¿Le avisaste a tus padres que llegamos bien? -pregunta-

-Acabamos de instalarnos, ahora lo hago.

-Ok.

Saco mi móvil para avisar que estoy bien, pero, varios mensajes me paralizan. Son de Harrison, en su mayoría preguntando si me encuentro bien. Tomo aire, y los ignoro.

Llegamos bien, está todo bien, los amo.

Envío el mensaje al grupo de mi familia. Mis padres sabran que estoy bien, ya hablé con Leo sobre lo que pasó, por lo que decido apagar el móvil por hoy.

-¿Qué haremos? -pregunto intentando sonar animada-

-Pensé que querrías descansar, fue una hora y veinte minutos de viaje.

-Que exacto -sonrío-. ¿estas cansado?

-No -responde-. lo decía por ti, pero, si tú no lo estas... conozco un bar.

-Vamos.




Harrison

Envío otro mensaje, sin embargo, esta vez ni siquiera marca como recibido. Sé que debo darle su espacio, pero, me preocupa que no esté en su casa o algo así.

Entra Tom a mi habitación, tirándose encima de mi cama.

-¿Estas mejor? -pregunta-. te tomaste casi todas las cervezas que quedaban.

-Solo fueron 3 -me encojo de hombros-. y no.

-¿Qué pasó ahora? -me mira preocupado-

-No me contesta, no sé si llegó bien a casa.

-Hablale a Maura.

-Tampoco me responde -hago una mueca-

-¿Su mamá?

-Digamos que lo intenté con todos. Leo fue el único que me respondió, pero, dijo que habían hablado por telefono, así que no sabe si está en su casa -explico-

-Ve a verla mañana, ahora relajate -sugiere-. si le hubiera pasado algo malo, ya lo sabriamos.

-Bien -resoplo-. tienes razón.

-Vamos, no hay nada que un poco de comida no pueda solucionar -sonríe-

-No me apetece salir.

-No te pregunte, dije vamos -me mira fijamente-

-Como sea -ruedo los ojos-

Amelia

Trevor evitó a toda costa que bebiera alcohol, pues, mi mamá siempre le cuenta sobre mi estado, así que, sabe que mi tratamiento sigue siendo bastante serio. Aún así, fue bueno salir, comimos papas fritas mientras conversabamos como amigos... sí, algo raro entre los dos.

-Hagamos algo loco -sugiero-

-¿Algo loco?

-Sí -sonrío-. vamos a la playa, ahora.

-Wow, cuidado con tanta locura -dice en tono burlesco-

-Ya recordé por qué te odiaba -lo fulmino con la mirada-

-Te acompañé hasta aquí, creo que ya no merezco tu odio -sonríe-

-Lo volveras a merecer si no vamos a la playa -advierto-

-Te dará frío, pero bien, vamos.

No estaba muy lejos de donde estabamos, por lo que, no tardamos mucho en llegar allí. Nos ponemos a caminar por la orilla, muchas parejas hacen lo mismo.

Rcuerdo todos nuestros paseos juntos, lo recuerdo a él, pero, duele... supongo que es normal, después de todo, lo que pasó es muy reciente.

-¿Qué piensas? -Trevor pregunta curioso, interrumpiendo mis pensamientos-

-Nada importante -intento esbozar mi mejor sonrisa-

-¿Te has dado cuenta lo mala que eres mintiendo? -ríe-. está bien si no me lo quieres contar, pero, creo que es importante que botes todo. Se puede escapar de un lugar, pero, no de los sentimientos.

-¿Trevor psicólogo? -bromeo-

-No te estoy cobrando, así que, tomalo como un consejo -continúa mi broma-

-Gracias -desvío la mirada y guardo silencio por un momento-. bueno, habras notado que, Hazza y yo nos hicimos buenos amigos.

-Ajá -asiente-. y nunca conocí a algun actor de marvel, ni siquiera a Tom -hace un puchero-

-Idiota -niego con la cabeza-. digamos que, Hazza se volvió algo así como mi mejor amigo -explico-. pero, yo... lo arruiné, cometiendo uno de los crímenes más grandes de la historia.

-Vaya, tú realmente eres exagerada -dice Trevor-. ¿cuál es el crímen?

Lo pienso bastante, en circunstancias normales jamás se me hubiera pasado por la cabeza contarle de mi vida a Trevor, pero, ya que.

-Me enamoré -mis ojos se humedecen con rápidez-. y resulta que, cuando tú me encontraste, venía de decirselo -una lágrima cae por mis mejillas-. supongo que adivinarás cómo terminó todo.

-Oh -susurra-. yo... lo siento -se detiene y me mira fijamente-.  a veces el amor de razones no entiende. Creo que fuiste muy valiente al decírselo, no es fácil.

-Supongo que lo fuí -me dentengo, mientras más lágrimas caen-. tengo miedo ¿sabes?

-¿Miedo?

-Sí -respondo-. no quiero alejarme de él, es mi amigo. Pero, si lo tengo cerca no podré olvidarme de lo que siento y él ha dejado claro que no siente esto -mi pecho se aprieta, y los sollozos salen casi naturalmente-. lo siento.

Trevor me abraza. Apoyo mi cabeza en su pecho, aferrandome a él, tal como hace unas horas atrás.

-Está bien, tranquila -dice con un tono de voz tranquilo-. debes recordar que eres valiosa e importante... sé que es raro escucharlo de mí, pero, tienes que saberlo, tú vas primero. Me imagino que su amistad debe ser importante para ti, que no quieres perderla, sin embargo, lo que importa ahora es tú tranquilidad, tú bienestar... si estar cerca de él te hace daño, creo que necesitaras tú tiempo y espacio por un tiempo -acaricia mi cabello-. estoy seguro que Harrison lo entenderá.

Sus palabras me tranquilizan. Sé que tiene la razón, es algo que no solamente Trevor me ha dicho. Me separo lentamente, limpio mis lágrimas y le sonrío.

-Gracias.

-De nada, son 30 libras -sonríe-

-Eres un...

-¿Idiota? sí, sueles decirmelo.

Suelto una pequeña risa. Tendré que buscar más insultos.

-Vamos a disfrutar de estos días ¿si? -eleva una ceja-. me gusta mucho aquí, hiciste una buena elección, te garantizo una perfecta distracción.

-¿También me cobraras por disfrutar?

-Podríamos llegar a un precio razonable por todos los servicios prestados -bromea-

-Me parece justo -sonrío-. ¿podemos volver? estoy cansada y tengo frío.

-Te lo dije -sonríe satisfecho, a lo que reacciono poniendo mis ojos en blanco-. está bien, vamos a descansar.

Supongo que Trevor tiene razón, escapé a un gran lugar para distraerme, aunque eso no basta...tendré que enfrentar mis emociones, sólo esa será la manera en la que logre sentirme mejor. De todas formas, creo que hablar sobre hoy, ha sido un gran paso, uno de muchos.


Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora