Es hora

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Amelia

Abro los ojos con lentitud, mi cabeza responde con varias punzadas de dolor. Suelto un gruñido cuando estos se intensifican. En consecuencia, despierto a Harrison.

-¿Estas bien? -susurra con los ojos cerrados-

-Sí, no te preocupes.

Con mis manos cubro mi rostro, comienzo a estirar mi cuerpo, para así oficialmente, despertar. Muevo las mantas que me cubren, me siento en la cama y finalmente me levanto.

-¿Te vas? -pregunta Hazza, esta vez, con sus ojos abiertos-

-No, sólo a bañarme -respondo-

Asiente, y vuelve a cerrar los ojos. Verlo dormido, con su pelo revuelto, su boca medio abierta, no ayuda... hasta así, me sigue pareciendo el chico más guapo que ha pisado la tierra.

De golpe recuerdo aquella conversación de anoche, y cómo él no fue capaz de pronunciar una sola palabra. Otra punzada de dolor en mi cabeza, hace que me olvide de estos pensamientos. Demonios, los shots de whiskey, eso es.

Me encamino al baño, entro en el, me quito la ropa, y luego entro a la bañera. Allí doy el agua caliente al máximo, esos es lo que me ayuda a relajarme en momentos como estos. Al no encontrarme en casa, intento no demorarme mucho, por lo que, en unos 10 minutos, ya me encuentro en la habitación de Hazza.

-Que rápida -dice somnoliento-

-Tú eres muy lento.

-Eso no es cierto.

-Cuando vuelva el otro fin de semana, haremos una competencia.

-Como quieras -ríe-. ¿ya te vas?

-Sí, el ensayo -hago una mueca-. debo avanzar.

-Claro -asiente-. esperame, me baño y voy a dejarte.

-No hace falta.

-No dejaré que te vayas sola -comenta-

-No me iré sola.

Hazza me mira confundido.

-Trevor ha venido por mí -explico-. está afuera.

-Ah -susurra-. comprendo...

Me acerco con lentitud a Harrison, y beso su frente.

-Hablamos -volteo, y con rápidez salgo de la habitación-

Intento no hacer mucho ruido al acercarme a la salida de casa, pues, los demás siguen en su quinto sueño.

Abro la puerta, y salgo de casa. Allí está Trevor, en el auto, con sus gafas de sol mirandome como la roca. Suelto una carcajada y me subo al auto.

Harrison

-No te vayas -susurro-

Pero, no escucha y abandona la habitación. Antes de dormir, me había propuesto continuar la conversación con Amelia, tengo tantas cosas que decir. Sin embargo, una vez más me quede en silencio.

Harry aparece en la entrada de mi habitación.

-Así que te abandonaron -ríe-

-Idiota -le lanzo una almohada-

-La hubieras visto salir, era como una espía -se acerca a mí-. ¿le dijiste que viniera el otro fin de semana? Amelia me alegra los días.

-¿Qué? -elevo una ceja-

-Celosito -suelta una carcajada-. quiero decir que, me agrada, así que me gusta que esté en casa.

-¿Me dejas despertar bien? -resoplo-

-Siempre lo mismo contigo -rueda los ojos-. en un saldremos con Tom, así que no tardes tanto en volver de tus sueños con Amelia y besitos -me lanza un beso-

-Vete al demonio -le enseño el dedo corazón-

Ríe satisfecho, y se aleja por donde mismo vino.

Me vuelvo a recostar, cierro los ojos y pienso en todo aquello que tengo por decir, solo... una semana más.

Amelia

Después de contarle a Trevor sobre la conversación que tuve con Harrison, se negó a llevarme a casa, y me ha traído a London eye.

-¿Perdiste la cabeza? -pregunto-. no tengo ni un solo peso, además estar en las alturas me hará vomitar todo lo que bebí anoche.

-Estas exagerando -rueda los ojos-. yo invito.

-¿Y eso se supone que me hará sentir mejor? -lo miro confundida-

-Claro, te ahorraras unas libras -me guiña el ojo-

-Eso no, rídiculo -río-. el subir allí.

-Ah -sonríe-. pues, claro. La hermosa vista te recordará que la vida es mucho más linda de lo que crees, que hay cosas mejores que sufrir por alguien que no se decide por ti.

-Gracias -digo entre risas-

-No te rías, lo digo enserio -me mira fijamente-

-Bien, perdón -elevo los brazos-. entonces, no perdamos más el tiempo y veamos si esto realmente ayuda.

-Tú eres la que no se mueve -se encoje de hombros-

Acelera el paso, así que, una vez más debo salir con rápidez detrás él, siempre se esfuerza en recordarme por qué un principio lo odiaba.

Nos acercamos a una larga fila, miro con cara de poco amigos a Trevor, pero, el ríe y toma de mi mano jalandome hacia otro lado.

-¿Qué haces?

-Hago uso de mis privilegios -respondo-

Sin entender, me limito a seguirlo. Trevor se acerca hacia un chico, e intercambia un par de palabras que logra que en unos minutos nos encontramos arriba de una de las cabinas del London eye.

-Así que tienes privilegios eh... -elevo una ceja-

-El chico con el que hable, es mi primo.

-Ah -susurro-. me imaginé que eras algo así como un hijo secreto de la reina.

-¿Y así te da la cara para decirme a mí que estoy loco? -niega con la cabeza-

Voy a responder, pero, me concentro en la vista, pues, la cabina ha comenzado el recorrido.

Trevor tenía razón, la vista es realmente hermosa. Lo observo, se ve como un niño emocionado, mira todo lo que se puede de la ciudad. Estoy agradecida por la cercanía que he logrado tener con Trevor. Él ha sido un gran apoyo, desde que nos llevamos bien, siempre ha intentado hacerme sentir mejor con todo lo de Harrison. Voltea a mirarme, su expresión es de confusión, y yo me limito a sonreírle. 

Vuelvo completamente mi vista hacia el paisaje. Suspiro, quizás sí, quizás Trevor tiene razón, y ya sea la hora de dejar de sufrir por quien no se decide, aunque ese quien sea Hazza.

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Holaaaa! había querido actualizar el día de ayer, pero, estuve algo enferma y no pude:(

Espero disfruten el capítulo, gracias por todas sus lecturas y comentarios.

Mucho amor para ustedes💖

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora