Feelings

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Harrison

Salgo preocupado de la habitación, Amelia ha estado bastante deprimida y aunque suelta una que otra sonrisa, se que en el fondo está mal.

-Harrison -dice Leo interrumpiendo mis pensamientos-

-Hola -sonrío-. no sabía que estabas aquí.

-Acabo de llegar -explica-. ¿Crees que pueda pasar?

-No creo, tuve que salir porque llegó el doctor a examinarla y ver algo de unos exámenes -respondo-

-Oh, ya veo -dice- ¿te vas?

-Pensaba ir por un café, luego volver, pero sólo a despedirme.

-¿Te molesta si te acompaño?

-No, claro que no.

Nos movemos hacia la cafetería. Una vez allí comienzo a pensar, quizás Leonardo también ha notado lo extraña que ha estado Amelia ¿Tendrá información de algo que yo no?, ¿Por qué Amelia me ocultaría algo? lo hizo una vez, pero no volverá a pasar, lo prometio. Por lo que la idea anterior abandona mis pensamientos.

-Leo, ¿Puedo preguntarte algo? -suelto-

-Claro -sonríe-

-¿No has notado algo... extraña a Amelia?

-¿Extraña cómo? -me mira confundido-

-Bueno, no extraña. Sino que, deprimida, como muy triste.

Leonardo aparta la mirada y su expresión cambia, ya no sonríe, está serio.

-Debe ser la culpa -dice-

-Si, eso me dijo -suspiro-. pero, no lo sé, no me convence ¿a ti no te ha dicho nada?

-No -responde-. se lo mismo que tú -se encoje de hombros-

Al igual que con Amelia siento que Leonardo no está siendo del todo honesto, pero, decido no insistir.

-La culpa será -digo-

Leonardo asiente. Pedimos dos café y después de recibirlos, volvemos a la habitación de Amelia, el doctor ya se encuentra con ella.

-¿Que tal todo? -pregunto-

-Dijo que todo iba bien, mis terapias, mi cabeza, todo -sonríe-

-Hola animal -dice Leonardo en español-

-Hola Leo.

Sé que estos dos se pondran a hablar en español para que yo no entienda lo que dicen. Adoran molestarme de esa forma, aunque también les gusta enseñarme, gracias a ellos he aprendido un poco más.

-Bien -los interrumpo-. debo irme Amelia ¿tienes sesión mañana?

Niega con la cabeza.

-El doctor dijo que ahora solo serán 3 días a la semana -me explica-

-Bueno, entonces mañana vuelvo a esta hora -sonrío y me acerco a besar su mejilla-

-Nos vemos Hazza -sonríe-

-Adiós, Hazza -dice Leo en español-

-Adiós, Leonardo -respondo en español-

Salgo de la habitación, sigo bebiendo de mi café mientras decido llamar a Tom.

-¿Pasó algo? -pregunta al contestar-

-Sí -respondo-. ¿Podemos juntarnos en el bar de siempre?

-Hazza son las 6 p.m.

-¿Y? necesito una cerveza -explico-

-Bien, te veo allá en 30 min -Tom cuelga-

Necesito desahogarme, y sé que Tom me ayudará a ver todo con más claridad.

Amelia

Harrison se fue hace un rato, pero Leo se quedó conmigo. Llevamos hablando bastante y me ha ayudado a distraerme, pero no durara mucho.

-Tengo algo que contarte.

-Dime -lo miro curiosa-

-Antes de entrar aquí Harrison me preguntó si sabía algo sobre lo que te pasaba -comenta-. te ha notado muy triste, e intentó sacarme información.

-Demonios ¿no le dijiste nada?

-Claro que no chica, pero, o mejoras tus habilidades de actriz o le dices lo que te está pasando o terminaras metiendome en problemas -dice-

-Creo que no tengo opción -resoplo-

No quiero hablar de esto con Harrison y aunque confío en Leo, sé que le cuesta lidiar con presiones, por lo que si Harrison volviera a insistir podría decir algo. Definitivamente, tendré que tomar clases de actuación.

Harrison

-Me vas a decir qué pasó ¿o no? -pregunta Tom-

He evitado el explicarle el por qué lo llame, pero, ya llevamos unas cuantas cervezas, creo que ahora si me siento capaz de soltar todo.

-Bien. Amelia está extraña, le pregunté a Leo pero creo que no fue honesto y no sé qué pensar -suelto-

-¿No crees que es un poco normal que esté extraña? -responde-. después de todo ocultó algo grave y casi, bueno, ya sabes qué.

-Sí, pero, estoy seguro que no es por eso.

-¿Y por qué no le preguntas?

-¿Enserio, Tom? -ruedo los ojos-. ya lo hice, y dijo que era la culpa lo que la tenía así.

-¿Puedo decirte algo? -me mira fijamente-

-Sí

-Mira, si no decifras ni eres honesto con lo que te pasa contigo mismo, dudo que puedas hacerlo con lo que le pasa a Amelia.

-¿Qué? -digo confundido-

-Te gusta Amelia y por eso te preocupas tanto por lo que le pasa -dice-

Comienzo a toser, tomar cerveza mientras Tom suelta algo así fue una pésima combinación.

-Me preocupo, porque es mi amiga.

-Si claro -ríe-. Hazza, te conozco.

-Pero ese no es el punto, el punto es que ella está mal y no sé el por qué -resoplo-

-¡¿Ves?! ¡Te gusta! -grita Tom-

-No he dicho eso.

-Dijiste "ese no es el punto" así que el punto de que te gusta, es cierto -dice con una sonrisa-

-Tom -ruedo los ojos-. es mi amiga, solo eso.

-Te falta honestidad bro, no esperes que ella sea honesta contigo si ni tú lo practicas -se encoje de hombros-

-Gracias por nada.

-Ya -levanta los abrazos en defensa-. si quieres saber realmente qué le pasa y ella no quiere contarte, podrías intentar con Maura ¿Recuerdas la vez en que te confesó que Amelia pensó que la odiabas? quizás ahora también sabe algo -dice-. de todas maneras deberías aceptar que...

-Ya entendí, Tom -lo interrumpo-. creo que hablar con Maura podría servir.

-Ves que si ayudo -golpea mi hombro- pero para la próxima que quieras hablar algo así de serio, no me lo pidas con no sé cuantas cervezas recorriendo mi organismo.

-Está bien -río-

Tom me ha dado una solución, pero también ha logrado sacar a flote lo que llevo pensando hace días. ¿Será que me gusta Amelia? digo, me encanta estar con ella, pero, es porque somos amigos ¿no?

Cuando nuestros caminos se cruzan // Harrison OsterfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora