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Cuatro Días después....

Jul se recostó en la silla y se frotó las sienes. Estaba cansada y malhumorada, después de cuatro días de reuniones continuas, le dolía la cabeza solía sufrir de migrañas cuando se estresaba así. Echó una ojeada a las notas que había tomado en la reunión de la mañana y se dió cuenta de que había llenado las páginas de garabatos abstractos. Frunció el entrecejo al comprender que aquellos garabatos delataban la frecuencia con que se había distraído pensando en Valentina. Había salido con muchas mujeres, y se había acostado con la mayoría de ellas, pero ninguna había invadido sus pensamientos tan bellamente como ella.

La evocó con el modelo negro de diseño de la gala y volvió a sorprenderse de que destacara tanto entre las demás mujeres de la fiesta, y no por su belleza, sino por su mera presencia. Irradiaba una energía que relegaba a todas las personas de su alrededor a un segundo plano. Estaba segura de no haber malinterpretado el interés que vió en sus ojos, incluso desde lejos, en aquella sala, pero su mal humor por lo de Nayeli le impidió reaccionar a tiempo.

Con los pies en la mesa, volvió a mirar el reloj. Faltaba media hora para la siguiente reunión, un momento tan apto como cualquier otro para pensar en lo que había visto exactamente en sus ojos antes de desviar la mirada. ¿Curiosidad? ¿Sería hetero o una bisexual aficionada? Se quedó pensando en las diferentes posibilidades mientras mordisqueaba la ensalada que Jess le había dejado en una esquina de la mesa.

Pero en el fondo de sus pensamientos había otra cosa que pugnaba por salir a flote. Pocas veces se equivocaba al juzgar a las mujeres o en los negocios, pero la situación con Nayeli apuntaba a un fallo en sus dotes de valoración. Pocas cosas la hacían dudar de sí misma, pero la posibilidad de perder su capacidad de juicio era una de ellas.

Unas horas antes, había hablado largo y tendido con Beltran para definir la estrategia a la que recurrirían si Nayeli seguía adelante con sus amenazas. Terminó la conversación asqueada y con cierto temor. Podrían controlarla, pero la cosa se pondría irremediablemente fea. No le gustaba ser objeto de chantaje, y el hecho de habérselo buscado ella sola le resultaba intolerable.

Se frotó el cuello para aliviarse la tensión y hojeó el calendario; sonrió al ver señalada la cita para cenar con Valentina al día siguiente. Casi esperaba que la hubiera llamado para anularla con cualquier excusa. Sin embargo, y para su paz interior la había confirmado, lo cual aumentó el grado general de distracción de Jul.

La idea de pasar la noche con una mujer hermosa siempre la animaba, pero esta vez, el cosquilleo que sentía habitualmente parecía más intenso. No era sólo una cena con una belleza cualquiera; iba a pasar la velada con una mujer que la hipnotizaba como pocas. Necesitaba volver a verla, aunque sólo fuera para averiguar si la reciprocidad que percibía por parte de Valentina Carvajal eran imaginaciones suyas o no.

"Necesitaba" Jul cambió de sitio unos papeles. La idea de necesitar cualquier cosa la intranquilizaba. La necesidad hacía vulnerables a las personas, y no recordaba la última vez que había sentido necesidad de una mujer determinada. Las «necesidades» físicas eran otra cosa. Sin embargo, últimamente la satisfacción de sus deseos le había acarreado complicaciones intolerables, a ella y a una tercera persona inocente, que la dejaban a merced de las implacables manipulaciones de Nayeli.

Pensó que al menos podía agradecer que el asunto no le afectase emocionalmente; en el plano personal, lo único que estaba en juego era su orgullo. En adelante tendría que ser más precavida, lo cual significaba que, pasara lo que pasara el sábado por la noche con Valentina, no tomaría ninguna decisión precipitada que después pudiera lamentar.

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"¡Ya está bien, Valentina! ¡PONTE CUALQUIER COSAAAA!" Valentina repasaba el vestuario de su armario ropero, ordenadamente colgado en la barra. Miró la cantidad de prendas que había desechado ya, después de probárselas, amontonadas encima de la cama. Estaba nerviosa y quería ponerse lo que más la favoreciera. No sabía cómo llamar a la velada con Jul. En realidad, no era una cita con un ligue, pero se le parecía bastante.

Cuando Tú Quieras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora