Cuando Tú Quieras (TERMINADA)

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Todavía era oscuro cuando Valentina se despertó con una sensación de calor en la espalda y una respiración en el oído. Sorprendida, se tensó un momento, pero enseguida volvió a acurrucarse en el cálido abrazo de Jul. Jul se la acercó un poco más, le acarició el cuello con la nariz y le cubrió el pecho con las manos, mientras le daba besos en la espalda. Valentina se quedó despierta, pensando que la vida nunca volvería a ser igual. Y sintió agradecimiento: un ser completamente nuevo había surgido de entre los brazos de aquella mujer fuerte y generosa. Se inquietó cuando una necesidad personal inaplazable pudo con su deseo de seguir en brazos de Jul.

—Ya vengo, debo ir al baño — al salir del baño, pasó rápidamente por la cocina, buscó en la nevera un poco de agua y regresó sin hacer ruido, volvió a la cama, se acurrucó al lado de Jul y se durmió al instante en el acogedor nido.

Unas suaves y cariñosas caricias y unos labios que le mordisqueaban el cuello la despertaron más tarde. Medio dormida todavía, creyó que se caía cuando Jul le dio media vuelta y se puso encima de ella. Se despertó por completo al notar la lengua de Jul y rápidamente llegó al orgasmo en el momento en que el sol despuntaba por el horizonte.

—Buenos días. —Jul le dio un beso en los labios justo cuando empezaba a recuperar el aliento.

—Hummm, sí, muy buenos —dijo Valentina, e invitó a su amante a acercarse más. Antes de que los besos se volvieran ardientes, se separó y dijo—: No suelo hacerlo por la mañana.

—Pues me engañaste. —Jul la miró a los ojos, brillantes todavía después del acto amoroso.

—Serán las compañías que frecuento últimamente —repuso Valentina, haciéndole cosquillas en el estómago.

—¿Café? —le preguntó Jul. Un perro ladraba en el vecindario, señalando el comienzo de un nuevo día.

—Más tarde! ahora ven y dejame abrazarte —dijo. Tumbó a Jul en la cama y se entrelazó con ella, después de un buen rato de mimos. —Quiero adoptar a Mariangel.

—Esto sí es mas fuerte que mi café.... —dijo Jul recostando su cuerpo de lado para hablar mejor.

—Va a salir de la prepa y no quiero perderla, o que se pierda en el camino.—Valentina tenía tres años siendo tutora legal de Mariangel corriendo con sus gastos y velando por ella, era la primer opción en cuanto a adopción pero ya con catorce años es muy difícil encontrar una familia que se interese en ti.

—Wowww, entonces me acabo de enredar con una madre soltera pero no de un bebé, sino de una adolescente... hijos grandes problemas grandes! — dijo Jul besándole la frente. —Segura de esa decisión? porque me debo replantear entonces mis visitas, no pienso soltarte.

Valentina subió la mirada y con una sonrisa le besó.. —Después de anoche, es la próxima decisión y el cambio que quiero en mi vida.

—Ook

—Jul seguro podremos conseguir un horario, no es un bebé que no nos dejará dormir. jajaja

Valentina le cayó a besos y más atrevida y segura que la noche anterior, exploró el cuerpo de Jul, se sentó sobre ella recreándose en su belleza bajo la primera luz de la mañana. Observó la reacción de su carne a las caricias y el subir y bajar del pecho con cada jadeo. Contempló, hipnotizada, cómo se le ponían los ojos vidriosos al acariciarle el clítoris. Jul tenía razón: los sentidos le contaban la historia de la pasión de su amante. Los sonidos y las imágenes de Jul llegando al orgasmo gracias a sus caricias eran sobrecogedores.

Cuando Valentina se levantó de la cama, después de otro orgasmo más, estaba más alegre que en toda su vida. Le habían hablado músculos cuya existencia ignoraba. Fue al cuarto de baño, se lavó la cara y se miró al espejo. Vio a la misma mujer de ojos claros de siempre —la cual, por cierto, necesitaba ir a la oficina cuanto antes—, pero no vio el cambio que sentía por dentro. Vio que Jul se acercaba por detrás y la rodeaba con los brazos, asomándose por encima de su hombro.