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-¡PONLA! -gritó.

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-No sabía que iba a hacer fotos, te lo juro. -Empezó a decir tonterías, mientras se agachaba y sacaba la carpeta del último cajón-. Sólo le dije que te vigilara y me informara, pero esos detectives de mala categoria... Parece que no saben hacer nada si no usan la cámara.

"No lo mates aquí mismo Jul." -¿Encargaste a un detective que me vigilara a mí?

-No es lo que parece cuñada. La idea no fue mía. Esa mujer... Nayeli . Vino aquí un día...

-Y te la cogiste.

-Ella sabe que yo te odio -replicó, incapaz de contenerse ni aun estando hundido hasta las orejas-. ¡Mierda Jul! Todo el mundo sabe que nos odiamos. Y me pareció que le gustaba mucho enrollarse con un hombre, para variar.

-Estás despedido, Gonzalo -dijo, y la expresión altanera que tenía Gonzalo desapareció al instante.

-No puedes despedirme.

-Acabo de hacerlo. -Jul descolgó el teléfono y llamó a seguridad-. Tienes cinco minutos para desalojar. No te llevarás nada de la mesa, ni de los archivos. Te mandaré a casa los efectos personales.

-Dijo... -por una vez, pareció quedarse sin palabras. Estaba completamente pálido-, dijo que necesitaba un poco de seguridad.

-Gonzalo, un consejo: piensa con la cabeza. -Jul echó un vistazo a las fotografías-. ¿Quién más ha visto esto?

-No... -Parpadeó. Era evidente que se estaba inventando una mentira-. No las ha visto nadie.

-Puedo ponerte las cosas mucho peor -dijo Jul, hastiada-. Cuéntamelo todo y esto no saldrá de aquí. Diré a la junta que has renunciado para pasar más tiempo con la familia.

-Las mandé a su empresa -dijo Gonzalo, hundido.

-¿A la empresa de Valentina? -preguntó Jul, atónita. Haciendo un gran esfuerzo, mantuvo la calma y no lo estranguló al instante con sus propias manos-. ¿Por qué?

-Es una zorra.
Jul lo miró con los ojos entrecerrados, diciéndole con una sola mirada que estaba pisando terreno peligroso.

-De acuerdo, me hizo ver ridículo ese día en el teatro y todas las demás veces que las vi. ¡Mierda Jul! Lo único que hice fue rosarle el culo, y ni siquiera sabía que era ella hasta que vi las fotos. No lo planeé, me cayeron solas aquí en la oficina.

-Pero, cuando viste quién era, se te ocurrió aprovechar la ocasión para vengarte de mi, ¿no?

-¿Y qué te importa? -dijo, con falsos remordimientos-. No es más que otra de tus pu...

"Dilo y te parto la cara." Jul apretó los puños. -Estás hablando de mi novia, la mujer que amo, maldito. Y si vuelves a ponerle un dedo encima en lo que te resta de vida, TE MATO!

Jul no sabía cuál de los dos estaba más perplejo, nunca se habían ido a los insultos. Gonzalo la miraba con la boca abierta, y ella disimuló poniéndose a cerrar con llave los cajones de la mesa y de los archivos. Los agentes de seguridad llegaron mientras ella procuraba que Gonzalo no se llevara nada del edificio.

-Por favor, Jul -como era de esperar, las últimas palabras de Gonzalo fueron las de un cobarde-, piensa en Mariana, por favor, no se lo cuentes, por su propio bien.

-Por tu propio bien y por arte de magia, a ti se te va acabar el amor, y le vas a pedir el divorcio, sin pedir ni un centavo, y te vas a desaparecer, olvídate de ella y de su hijo.

-Qué te pasa? Estas demente o qué? No sabes lo que he invertido en ellos!

-Demente estas tú, me encargaré de joderte la existencia y colaboraré con el FBI para hundirte.

Cuando Tú Quieras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora