Cuando Tú Quieras (TERMINADA)

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Valentina dormía con una camiseta de Jul y Mariangel dormía con el peluchito de arcoíris que le había regalado.

***

—Bueno déjala dormir un rato más...

—Si será... ¿Ya vienes?

—En un par de horas, debo pasar por la oficina pero es rápido. Te parece y desayunas algo, pero cuando yo llegue hacemos un brunch especial.

—Mmmm ok, bueno si. Comeremos panquecas que es ligero...

—Dale, entonces llevo para hacer algo. ¡te amo!

—También te amo. Te espero.

Mariangel aun dormía en el cuarto de Valentina, cuando amaneció por fin estaba rendida, la noche no fue tan buena, Jul se iba a llegar un poco mas tarde y Valentina aprovechó para ordenar los restos que quedaron de anoche.

—Valen....?

—Aquí! En la terraza!!!!

—Hola! ...—Se tocaba los ojos aun desperezándose.

Valentina se puso de pié y le abrazó. —Buen día mi flaca hermosa?

—Y Jul?

—Viene más tarde, tuvo que ir a la ofic.

—Valentina.. que haces aquí afuera? Hay poco sol y hace frío...

—Te estaba esperando, hice panquecas como te gustan, suavecitas y delgadas con quesito y nata.

—Ummm suena delicioso..

Comieron y compartieron un rato mientras llegaba Jul, Valentina pensaba en programar actividades extras pero que estuvieran a gusto de Mariangel, ya no estaba en el internado y debía establecer contacto con personas afines y de su edad, entonces se pusieron a chequear lo que podía hacer.

—Jajajaj no no nada de nadar.

—Pero debes aprender... en la casa hay piscina así que allá te puedo dar clases.

—Mmm ok lo pensaré... Me gustan las clases de música o las de ingles.

—Hecho entonces, el lunes llamo para saber lo que hay disponible y todo eso.

—Hecho... Puedo ir al parque a caminar?

—Claro... hay un sector que está delimitado con el conjunto y tiene seguridad, así que no hay problema. Siempre que sea de día.

—Ok....

Casi una hora después llegó Jul, tocó el claxon y Valentina ya sabía que era ella, —Pueden salir ayudarme. Ahí en la puerta estaba un perrito salchicha marrón con manchitas como si le hubiese caído cloro, de ojos azules. Tenía un lazo y un globo de esos que se suspenden en el aire con la frase ¡Sorpresa!. Pequeñito con ojitos tristes, pero eso si, moviendo su rabito.

—Awwwww!!!!... Mariangel lo agarró de inmediato, se agachó y lo cargó

—Juuuul! Que es esto...?

—Un perrito!... Te gusta? Es para tí, creo que los dos se harán compañía.

Mariangel se lanzó encima de Jul y la abrazó —Graciaaaaas! Es demasiado belloooooo.. y lo alzaba por el aire, viéndole su cuerpito. —Eres varón, tienes los ojos como Valentina... awwww mi bebé. ¿Mio verdad?

—Pues si, tuyo.

—Jul Dioooos!!!, esto era lo que tenías que firmar en la oficina..?

—Nooo!!.. En serio fui a la oficina y de regreso lo pasé buscando... Peque debes ponerle nombre.